Pepe Sánchez: “Nunca volví a tener la sensación de éxtasis de cuando ganamos”
21:23 27/08/2024 | El base destacó en charla con Básquet Plus la importancia del grupo y analizó cómo se retroalimentaron entre todos para crecer y terminar logrando el oro olímpico.
Si hay un analista en la Generación Dorada, ese es Pepe Sánchez. El base no solo se destacó por su visión de juego distinta y su conducción, sino también por su capacidad para tener la mente fría y mantener los pies sobre la tierra, aún ante lo que genera haber logrado el oro olímpico con la Selección Argentina.
- Hay 12 Atenas para ustedes, cada uno tiene el propio. ¿Cuál es el tuyo?
. Mi recuerdo es de menor a mayor. Me perdí la ceremonia de apertura por estar lesionado y la primera fase la jugué esguinzado y estaba difícil. Quizás nunca volví a tener en mi vida la sensación de éxtasis cuando ganamos, esa sensación como que salís del cuerpo. Recuerdo mucho cuando terminó el partido, el ir al hotel. En imágenes sería las charlas en el balcón, el partido contra Estados Unidos lo tengo muy presente y el post final de esa sensación única de éxtasis total.
- Cuando ves los partidos, ¿qué te pasa?
. Volví a ver el de Italia porque me lo tiró el algoritmo de Youtube y la sensación que tuve fue que en ningún momento ellos pensaban que nos podían ganar. Pozzecco empujaba un poco, el único que quería que pase algo y los demás estaban contentos. Si el de Estados Unidos me pareció que hubo algunas pelotas que salen de adentro de ellos que si pasaba nos rompía la inercia del juego y hubiera sido más complicado. Hubo jugadas claves, no es que los dominamos, en mi cabeza era como que les habíamos sacado 20 y fue palo a palo.
- Cuando ustedes van, son semi favoritos para medalla, ¿pero tenían en la cabeza que lo del 2002 era una oportunidad irrepetible la sensación era que si podían conseguirlo?
. Para mi el 2002 fue todo sorpresa. Fue un torneo tan especial porque nos fuimos descubriendo nosotros mismos, de repente le ganamos a Rusia por 20 puntos, cosas que culturalmente no pasaban. Hasta ese momento las grandes potencias y Estados Unidos estaban en otra liga, cada tanto les ganábamos un partido, y en 2002 fue consistente y llegamos la final. No recuerdo tampoco tener tanta expectativa en los Juegos, si ya éramos parte de la élite, ya nos ponían en un grupo de España, Estados Unidos, Serbia, Lituania, que ya era un montón. Estabamos ahí y podíamos ganar medalla, hasta ahí si.
- La preparación había sido muy mala en cuanto a resultados, era la primera vez que arrancaban así porque después eso pasaba por distintos motivos, los entrenamientos eran fuertes y los amistosos no los podían jugar al máximo. Pero la preparación en Argentina fue mala en resultados, el Diamond Ball es bueno, pero no daba la sensación de que llegaban finos.
. En 2004 ya pertenecíamos, cada uno en sus equipos en Europa o la NBA a esa élite del básquet. Contra los rivales que jugábamos eran contra los que jugábamos en Europa. Eso ya era diferente que en el 2002, donde algunos si y otros no, lo empezábamos a creer pero no era la norma. También hay una realidad que con el hecho de poder llegar durante muchos años a las finales, se asume cuando uno mira para atrás que era medio obvio, pero la realidad es que estábamos entre 6 equipos muy parejos, no era tan obvio que íbamos a pasar. Es verdad también que hay partidos claves que los pasamos, para mi esa es la diferencia, porque no era fácil pasar a Estados Unidos, a Grecia. Evidentemente en lo que fuimos buenos fue en posicionarnos en la élite y después jugar los partidos claves y los momentos claves también. Pero perdíamos con Grecia y no era una locura, no era tan obvio que por plantel fuéramos mejores que ellos.
- A medida que pasan los años se agiganta el partido con Serbia y Montenegro. No solo por lo que pasó, de hecho, hay muchos que piensan que fue la final por la palomita, por la difusión que tuvo. ¿Qué les pasó cuando se enteraron que debutaban con ellos?
. No tengo mucho recuerdo porque estaba lidiando con el tobillo. Los jugadores jugamos en equipo hasta que te pasa algo a vos y tu problema pasa a ser el centro del universo para vos. Estaba viendo cómo pisar, dónde pisar, no tengo mucho recuerdo del contexto porque estaba preocupado por ver si podía jugar. La otra cosa que pasa es que por ahí de afuera uno se imagina que todo el colectivo, entonces uno piensa Argentina y Serbia, pero en realidad somos personas. Yo había jugado con Bodiroga en Panathinaikos, Luis con Tomasevic, Rakocevic, empiezan las cosas más personales y terminamos en las cosas mucho más pequeñas que en Argentina contra Serbia. No nos da la cabeza, y más cuando tenés 25, 26 o 27 años, estás en las pequeñas cosas que te motivan esa rivalidad. No tengo la sensación de que nos quitamos la espina. Lo que si recuerdo es la palomita.
-¿Sobre la palomita qué recordás?
. Hace algo súper difícil de hacer y que tenés que tener primero tiempo. Yo estaba de espectador, de hecho le pido la pelota al Puma y para mi cuando larga el pase en mi cabeza fue ‘no llega’, y yo tengo un reloj bastante preciso en la cabeza para esas cosas. De hecho no llega, la única forma en que llega es que Manu genera espacio con su cuerpo para evitar tener que recibir y generar el ángulo después, entonces lo hace mientras le está llegando la pelota y se da algo que es muy preciso. Cualquier normal no tiene la capacidad para generar eso porque tenés que tener el físico, la agilidad, la mentalidad, se dan un montón de cosas para que eso se dé.
- Si era Puma la tirabas.
. Si no te da el tiempo. Yo tenía que pensar que él iba a hacer lo que hizo y no. Si ves la imagen, ese ángulo que toma y se va para un costado es el que le da el ángulo, si lo hace en dos veces no lo hacía al tiempo. Es muy loco, tiene una cosa del destino porque ese tiro no tiene mucha razón de ser.
-¿No le das tanto valor al triunfo para lo que siguió? Porque a Serbia lo hundió.
. Nosotros jugamos bien o ganamos todos los partidos importantes, o no los jugamos bien o los ganamos. El único fue el de España en Japón que así y todo tuvimos chances de ganar. Evidentemente hacíamos algo muy bien que era una capacidad de enfocar y canalizar las energías en los partidos importantes.
-¿Con España pudo tener influencia eso de que no era tan obligatorio ganarlo? Siempre me pregunto qué les pasaba con España.
. No estábamos cómodos, nos costaba jugar. Nos sentíamos más cómodos jugando contra Estados Unidos, Serbia Lituania. Era complicado. Pau era muy completo, en 2006 me acuerdo que Sergio (Rodríguez) nos complica y no jugaba hasta ahí, no estuvo ni en el scouting. Cuando ves en retrospectiva nada es casualidad, vez el equipo de España que nos ganaba y tenía lógica, pero estábamos todos muy parejos. Por eso evidentemente jugábamos muy bien los partidos importantes, porque por ahí en el imaginario de la gente nosotros éramos mucho mejores que los demás. El mérito fue que nos metimos a jugar en esa élite de los mejores, pero ahí éramos todos muy parejos. España tenía a Pau, nosotros a Manu, Serbia a Bodiroga, y los demás éramos muy parejos todos, de hecho compartíamos equipo, jugábamos en las mismas ligas y si creo que estuvimos sólidos para jugar los partidos importantes.
-¿Hablaban mucho de lo que estaba pasando?
. Era mucho boludeo, no recuerdo proyectar, que hablemos mucho del futuro. Hablábamos un poquito, pero como que había una separación grande entre la diaria de boludear e ir a la cancha y como ponerse la armadura y decir que estás en la batalla. Fuera de la cancha éramos muy chicos.
-¿Hubiese sido muy distinto con redes o celulares inteligentes?
. Nuestra salud mental fue espectacular por eso. Porque éramos nosotros, conectábamos entre nosotros. Esto de verte, qué dicen, bueno no puede ser nunca. No hay ganancia en la distracción. Tampoco la tenían los rivales.
- La villa de hecho no era tan buena.
. Nosotros tampoco teníamos mucha expectativa porque nunca habíamos estado en un Juego Olímpico, y nuestras preparaciones eran bastante rústicas. No era un tema para nosotros el contexto, estábamos acostumbrados. Las previas las hacíamos con frío, lugares inhóspitos, viajes larguísimos.
-¿Qué cosas formaron parte de esa tormenta perfecta para ser lo que fueron?
. La profundidad en las relaciones humanas, el nivel de profundidad de nuestras relaciones, que no significan que fueran perfectas ni mucho menos, porque muchas veces se da esto de que si nos llevamos bien o nos peleamos, pero qué tiene que ver una cosa con la otra. No implica que en la convivencia no haya un montón de cosas, pero la profundidad de las relaciones que, si lo ves 20 años después, perduran, es que evidentemente son relaciones muy fuertes. Esto a veces era duro para lo que no eran parte del grupo, era muy difícil quebrar la inercia. Cuando quedan Lucas y Pala afuera y entran Carlitos y Walter fue porque en ese momento era muy evidente la capacidad de los dos de generar valor al equipo, pero era muy cerrado. Era casi imposible entrar, pero todo era inconsciente, había relaciones muy profundas individuales, de grupitos, de todo. Y después hay algo que por ahí lo veo a los 47 años, con más edad y lo que te da eso, es que el piso que nos dejaron los que vinieron antes fue muy bueno. Que les faltó tener la suerte de exponernos a estar en Europa y ver otras cosas seguro, pero estoy convencido que a nivel talento fue un piso alto, faltaba dar ese paso. Nosotros tuvimos por ahí ese toque de excepcionalidad que por ahí ellos no tuvieron a un Manu que en ese momento resolviera. Y no nos quito mérito porque si lo tuvimos es porque empujamos más que ninguna generación probablemente y nos empujamos nosotros, nos desafiamos nosotros. Por ahí lo que veíamos en las generaciones anteriores era que se tendía a polarizar los grupos, nosotros nos unimos, éramos muy competitivos entre nosotros, hay mucho de eso. Tener un fuera de serie, todos los puestos cubiertos y unirnos, indudablemente marcó una diferencia. Yo quería ser Richotti, Manu quería ser Espil.
- Hasta había un arranque del cuidado físico, porque Fabricio y Palladino insistían con ir al gimnasio desde el 93.
. Yo conocí a Palladino en el 90 y era pivote, y tuvo la mentalidad de bajar dos puestos y terminó siendo tirador, y así un montón de casos. Por eso digo que ahí nosotros pusimos ese extra, tuvimos exposición a ver esas cosas, y sin quitarnos méritos, ese es el gran diferencial. En el 98 estuvimos en un equipo que no le faltaba talento, pero todo lo otro no estaba, y aprendimos de eso y dijimos que si queríamos hacer algo importante teníamos que aprender de esas cosas. Encima tuvimos la exposición de afuera del cómo. También había mucha ambición y sed de mejorar.
-¿Qué trajiste de Estados Unidos para sumar a eso?
. Yo empiezo a jugar con Lucas (Victoriano), Gabi (Fernández), Leo (Gutiérrez), y estábamos ahí de Estados Unidos, no estábamos tan lejos, pero veía que después se nos iban. Entonces decía que algo tenía que haber ahí, esa fue una de las cosas por las cuales se me metió en la cabeza el ir allá. Obviamente pensaba que nunca iba a jugar, pero después resultó que no eran tanto mejores pero que sí había una metodología diferente. Pero eso de traer cosas de afuera fue de todos y eso siguió siempre, no paró nunca. Competíamos mucho entre nosotros, los entrenamientos eran feroces porque había competencia, pero era una competencia colaborativa. Todos queríamos ser caciques, pero en el fondo era colaborativo, y ahí es donde voy al tema de las relaciones profundas. Porque trascienden hasta el día de hoy, nosotros tenemos necesidad de estar juntos casi 20 años después. También las personalidades, nos bancábamos porque nos iba a ayudar a ganar, y eso yo en otros equipos no lo vi tan claro. Muchas veces se habla de que éramos una familia, yo creo que somos una gran familia porque en la de verdad te bancás todo y seguís adelante.
-¿Nunca hubo uno que hubiese podido pudrir al grupo?
. No, creo que tuvimos muy buen liderazgo de los entrenadores. No podemos hacer lo que hicimos sin el gran trabajo de los entrenadores, y después teníamos un liderazgo muy positivo. Si tu mejor jugador es el más terrenal de la tierra, no iba a venir el 15 a pudrirla. No hacés este tipo de cosas sin que haya un nivel de arrogancia importante, esa arrogancia positiva del juego, entonces no era tan fácil que venga alguien sin muchas herramientas para querer cambiarnos. Si querías entrar al grupo lo tenías que hacer mediante el juego, respetábamos mucho el tema de la cancha. Cuando vino Carlitos era mucho más pibe que nosotros que se metió por el juego, no porque era piola. Si había uno bueno lo queríamos con nosotros.
-¿Ustedes entendían algo cuando entra Walter contra Grecia?
. Lo que hizo Walter ahí de entrar frío, cuando no había casi jugado en todo el torneo, fue increíble.
- Sin pensar en si podían ganar o perder con Estados Unidos, en algún momento les pasaba de pensar si le iban a ganar dos veces.
. Me acuerdo que entramos a jugar. Ellos no estaban relajados, no juegan mal pero nosotros jugamos muy bien. Nosotros también metimos un montón de tiros importantes, hubo un montón de jugadas claves donde respondimos con acciones puntualmente buenas en el momento donde ellos se nos venían.
-¿Cuando ganaron no sentían que eran oro?
. Pensamos que iba a ser con Lituania y creo que era parejo pero que teníamos alguna ventaja. Es re contrafáctico, pero no me veo perdiendo la final. Recuerdo que llamamos a reunión y hablamos con Manu para pasar de página rápido y fue corta porque todos fueron ‘si, ya sabemos’, no había que convencer a nadie. Teníamos la oportunidad única ante un rival que creíamos que estábamos por encima, y de hecho el partido es un calco de eso. Un equipo superior al otro que no lo subestima que le da hasta que lo tira en los últimos tres minutos. Si hubiera habido alguna subestimación, llegabas a ese cierre con la ventaja que la tenía el otro, y nosotros le dimos la piña en los últimos cuatro minutos.
-¿Te hace emocionarte fuerte?
. En el momento que ganamos fui muy consciente de mucho de lo que fue pasando después. Te das cuenta que hiciste algo diferente, y también a nivel individual es diferente a todo. De eso me di cuenta y se fue dando en el tiempo de que la gesta es y va a ser cada vez más grande porque el mundo NBA y americano está cada vez más lejos y va a ser difícil que se de algo así. Cuando veo algo o pasa algo es muy emocionante.
-¿Qué son los otros 11 hoy?
. Es un vínculo que hasta en un punto es una especie de filtro por el cual pasás un montón de cosas. Esto de la Generación Dorada, como un sello que alguien dijo y quedó. Pero se transformó en algo que te define, es raro y está muy cimentado en un éxito deportivo, pero es raro ir por la vida con un sello. Y ese sello está muy cimentado en esta gesta puntual y conlleva muchas cosas. Cuando te dicen Generación Dorada decís, sí, con el pecho inflado.
Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Miami, Estados Unidos
En Twitter: @basquetplus
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