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El comienzo mismo del juego fue un claro ejemplo de lo que sería el resto de la primera mitad: juego abierto, con mucha eficacia de parte de ambos así como también poca defensa. Peñarol sacó la primera ventaja con un triple de Alejandro Konsztadt y aunque Obras respondió con Bruno Fitipaldo, una seguidilla de Leo Gutiérrez dejó a la visita adelante por 9 a 6.

Los siguientes minutos del segundo cuarto siguieron siendo de alto vuelo ofensivo. Un buen pasaje de Marcos Delía igualó el marcador en 17 y más tarde, JR Giddens y Mauricio Aguiar intercambiaron triples, para dejar la historia empatada en 20.

Al final, Peñarol fue el primero que bajó el pie del acelerador y Obras no se lo perdonó. Iván Basualdo entró al campo convirtiendo un tiro de tres puntos y una ráfaga de Mauricio Aguiar (8 puntos en el parcial), hizo que los de Lamas terminaran los primeros diez arriba por 30 a 23.

La visita contestó en el comienzo del segundo cuarto, de la mano de un encendido Giddens (4 triples en el primer tiempo), pero rápidamente Obras volvió a acomodarse en el marcador (40-31) con más puntos del uruguayo Aguiar, imparable para la defensa milrayita, al menos hasta ese momento.

El cambio del ritmo del encuentro fue una combinación de razones tácticas con las ligadas a la ejecución. Todo empezó con Peñarol sacando ventaja en el poste bajo del emparejamiento Adrián Boccia - Tomás Zanzottera, en el cual el ex Lanús pudo ganar en un par de ocasiones consecutivas, para terminar con sencillas bandejas.

Ante esta diferencia de físico, que el último campéon estaba comenzando a aprovechar, Lamas decidió recostar a su equipo en una defensa zonal. Sin embargo, la decisión no le funcionó al entrenador, ya que Peña aprovechó los espacios y comenzó a castigar desde afuera, sumando triples con Luciano Massarelli, Franco Giorgetti y Alejandro Diez. De esa forma, el resultado al llegar al descanso largo era un mucho más parejo 47-43 para el local.

En el arranque del tercer cuarto, Obras pagó caro lo mismo que le viene pasando hace tiempo: no poder reflejar en el marcador, su dominio en el juego. Por lo tanto, cuando las acciones se emparejaron, su exigua diferencia desapareció y con un triple de Kosztadt y una conversión de Boccia, los marplatenses pasaron al frente por 52 a 51.

Peñarol siguió siendo más por el resto del período y estiró la diferencia con una bomba de Gutiérrez y más anotaciones de un tremendo Boccia, para escaparse por 59 a 52. Igualmente, cuando los de Rivero parecía que iban a entrar a los últimos diez minutos con una ventaja considerable, apareció Fitipaldo con un par de triples, para dejar estampado el 65-60 con el cual el Milrayitas terminó arriba el tercero.

El ritmo del encuentro volvió a pertenecerle a Peñarol en el inicio del último parcial y con puntos de Boccia y un importante Franco Giorgetti en ambos costados, la distancia volvió a estirarse a nueve (74-65), ante un Obras que estaba mucho más trabado en ataque y sin la fluidez de la primera mitad.

Con el partido a punto de irse de sus manos, los de Lamas impulsaron una última remontada, con Aguiar y Zanzottera como abanderados. Peñarol se apuró con un par de tiros fuera de balance en el cierre y un triple de Fitipaldo igualó el juego en 79, a falta de 23 segundos. La última posesión, sin embargo, quedaba en manos de los visitantes.

Cuando todo el Mundo esperaba alguna jugada de aclarado para Giddens o para Boccia, finalmente fue Konsztadt el que tomó la responsabilidad de la penetración en la última jugada. El base se enredó y estuvo a punto de perder la pelota, pero la misma cayó en manos de Alejandro Diez, quien con una mediavuelta cayéndose que quedará en la historia de nuestra Liga, anotó un doble sobre la chicharra, en una de las conversiones más llamativas de los últimos años. El milagro de Diez fue justo a tiempo y Peña terminó festejando en Nuñez por 81 a 79.