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Pablo Prigioni rompió moldes al debutar en la NBA con 35 años y 169 días, convirtiéndose en el rookie más veterano de la historia de la liga. En su primera temporada con New York Knicks (2012-13), el base argentino dejó su marca no solo en la cancha, sino también en las transmisiones televisivas del Madison Square Garden, que tuvieron que adaptarse a su inusual estilo de juego defensivo. El hoy entrenador de la Selección Argentina y asistente de Minnesota Timberwolves, se enteró de los inconvenientes que generó con su juego tiempo después, siendo asistente en Brooklyn Nets.

Según contó Prigioni a Álvaro Martín en el podcast Vidas NBA: “Cuando estoy llegando al Madison me encuentro con una persona que trabaja allí siempre, en el MSG TV, en la televisión. Lo saludo y me dice: ‘Sabes que nunca te dije, pero yo me encargo de las cámaras. Cuando vos llegaste a Nueva York en la primera temporada, las primeras veces que robabas la pelota estabas fuera de cámara porque la cámara ya estaba enfocando para el otro lado. Tuvimos que hacer una adaptación. Cuando vos estabas en cancha, se tenía que quedar una cámara ahí para que filme si robabas la pelota’”.

El impacto del argentino iba más allá de lo que capturaban las cámaras. Con una tecnica defensiva que pocos podían igualar, promedió un robo por partido en sus 270 encuentros en la NBA, y varias de sus intervenciones clave fueron decisivas en los triunfos de su equipo. En una actuación memorable frente a Houston Rockets, Prigioni registró 14 puntos, 5 asistencias y 3 rebotes en apenas 16 minutos, o su juego de 8 robos en 16 minutos con los colores de los Clippers demostrando su capacidad para brillar con pocos minutos en cancha.