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Desde septiembre de 2022 comenzó una nueva etapa en el seleccionado argentino. La salida de Néstor García en las horas previas al inicio de la Americup abrió la puerta para que se sume un integrante de la Generación Dorada como Pablo Prigioni, quien también estuvo como asistente en el proceso del bahiense. El cordobés se convertía en el segundo exjugador que ocupaba el cargo de entrenador principal. El oriundo de Río Tercero había compartido cancha con alguno de sus nuevos dirigidos.

Prigioni continuó con el proceso de renovación que había iniciado García, el retiro de Luis Scola significó un cambio de era dentro del seleccionado nacional. Pablo tuvo un estreno estelar y Argentina se coronó campeón de la Americup jugada en Brasil con un gran nivel. Luego del certamen continental, tocó volver a las Ventana FIBA y el cuerpo técnico comenzó a rotar a sus jugadores y sumar a nuevos jóvenes que estaban dando sus primeros pasos en la Mayor, como fue el caso de Tomás Chapero en el certamen jugado en Brasil.

En su etapa como jugador Prigioni compartió equipo con muchos colegas y con varios de ellos compitió por ganarse un lugar para estar dentro del roster en cada uno de los torneos que disputó el representativo nacional. Prigioni hizo su estreno en el seleccionado en 2003 cuando el equipo fue subcampeón del Sudamericano jugado en Uruguay y a partir de ese momento representó al país durante una década. Uno de los que estaba vistiendo la celeste y blanca era Daniel Farabello, con quien el cordobés debió pelear el puesto.

Farabello llegó al seleccionado en 1993, haciendo su estreno en el PreMundial de ese año jugado en San Juan de Puerto Rico. Estuvo más de una década en el seleccionado y en los últimos años fue uno de los encargados de enseñarle el camino a un joven Prigioni que comenzó a dar sus primeros pasos. Dani y Pablo además de competir por un lugar entre los 12 definitivos en cada torneo, también fueron compañeros y jugaron juntos en un par de certámenes.

El primero de ellos fue en el Sudamericano 2004 de Campos (Brasil) donde Argentina se presentó sin sus principales figuras y con jóvenes figuras que buscaban ganarse un lugar entre la Generación Dorada. Uno de los experimentados más destacados era Farabello, mientras que uno de los nuevos era justamente Prigioni, aunque también formaban parte Carlos Delfino, Leo Gutiérrez y Walter Herrmann, quienes luego, fueron a Atenas a ganar la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de ese mismo año.

El segundo y último fue dos años después, en el Mundial de Japón en 2006. Argentina, pese al retiro de Alejandro Montecchia y Hugo Sconochini, era firme candidato al título tras lo conseguido en Atenas 2004. ¿Quiénes ocuparon los lugares de los campeones olímpicos? Sí, justamente, Prigioni y Farabello. El resto del plantel eran los mismos que fueron a Atenas dos años atrás. El otro cambio fue en el banco: ya no estaba Rubén Magnano y había arribado Sergio Hernández. El entrerriano tuvo poca participación dentro del equipo pero fueron compañeros en ese torneo.

Pero luego de casi dos décadas, el seleccionado argentino volvió a tener un Farabello. Francisco, el hijo de Daniel, fue convocado para la Ventana FIBA ante Venezuela y Colombia, haciendo su debut en la Mayor ante los cafeteros. La llegada del joven al primer equipo tuvo un condimento especial: la presencia de Pablo Prigioni, quien estuvo presente en el último partido con la celeste y blanca de su padre y ahora fue el encargado de hacerlo debutar al hijo del Dani.