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El 13 de enero de 2016, Pablo Prigioni tuvo una actuación memorable con Los Angeles Clippers en su último año en la NBA. A los 38 años, el base argentino protagonizó un duelo épico contra Miami Heat al registrar 8 robos en apenas 14 minutos de juego. Este hito no solo lo colocó entre las mejores actuaciones defensivas de la temporada, sino que también lo dejó al borde de romper el récord histórico de robos en un partido para la franquicia de los Clippers, un récord que pertenecía al propio entrenador del equipo, -quien quizás lo sacó antes a proposito- Doc Rivers,.

El impacto de Prigioni en el juego fue total. Además de los 8 robos, sumó 2 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias, demostrando su capacidad para influir en todas las facetas del juego a pesar de los minutos limitados. Sus robos fueron una combinación perfecta de inteligencia, lectura del juego y precisión, dejando a figuras del Miami Heat como Dwyane Wade completamente desarmadas. Esta actuación elevó su promedio de robos en la NBA, que finalizó con 1 por partido a lo largo de cuatro temporadas.

Más allá de la NBA, Prigioni se destacó defensivamente en otras ligas de élite. En la Euroliga, acumuló un promedio de 1.7 robos por encuentro en 186 partidos, hoy el séptimo máximo recuperador histórico de esa competencia con un total de 322 robos. En la Liga ACB de España, donde jugó la mayor parte de su carrera, su promedio ascendió a 1.9 robos por partido, demostrando que su instinto defensivo y su capacidad de anticipación eran constantes en cualquier nivel competitivo.

Aquella noche en Miami no fue solo un hito individual, sino una muestra del estilo que definió a Prigioni: un jugador con inteligencia, precisión y estrategia. Sobre su secreto para robar balones, el argentino explicó en una entrevista con Fabricio Oberto: "Dejo que el jugador haga los dos primeros pasos rápidos porque sé que después, para recibir la pelota, tiene que ralentizarse. Ahí, cuando desacelera, es cuando acelero al máximo". Su legado como uno de los mejores ladrones de balones sigue vivo, y hoy lo aplica desde el banco como entrenador de la Selección Argentina y asistente en Minnesota Timberwolves.
 

Pablo Catalá / [email protected] 
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