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Lionel Simmons, quien prometía convertirse en una estrella tras su gran debut en la NBA, será recordado más por su insólita lesión que por sus logros en cancha. Durante su temporada de novato con Sacramento Kings en 1991, el alero sufrió tendinitis en la muñeca y el antebrazo derecho, causada por largas horas jugando con una consola portátil Nintendo Game Boy. El inusual incidente lo llevó a perderse dos partidos, dejando perplejo tanto al equipo como a los aficionados. “No es raro que Lionel se concentre en algo, pero ¿lesionarse de esa manera?”, declaró Jerry Reynolds, entonces gerente general de los Kings, según Basketball Network.

La historia de Simmons había comenzado de forma prometedora. Proveniente de la Universidad de La Salle, donde fue un fenómeno, llegó a la NBA como una de las grandes apuestas de los Kings. En su temporada de debut, promedió 18 puntos por partido y fue incluido en el All-Rookie Team. Sin embargo, el incidente con la Game Boy marcó su carrera y su reputación. El hecho de que una afición fuera de control lo afectara a nivel profesional, incluso en su primer año, fue una muestra de su juventud e inexperiencia. En palabras de Reynolds, "era solo un chico de 22 años que acababa de llegar a la liga".

A pesar de ese episodio, Simmons tuvo un inicio sólido en sus primeras cuatro temporadas con promedios de 15 puntos y 8 rebotes. Sin embargo, con el tiempo, su rol en el equipo disminuyó, afectando su rendimiento. La prensa local no tardó en señalar cómo las expectativas iniciales se diluían con cada temporada. Aunque jugó siete años en la NBA, su impacto fue limitado, y al final regresó a su Philadelphia natal para llevar una vida alejada de los reflectores.