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El legado de Michael Jordan en los Chicago Bulls es indiscutible. Con seis campeonatos en ocho años, su dominio marcó una era en la NBA. Sin embargo, ¿qué hubiera pasado si Jordan no hubiera sido parte de ese equipo? Esta pregunta, que ha rondado a muchos aficionados, recibió una respuesta provocadora de parte de Isiah Thomas, exjugador de los Detroit Pistons y uno de los rivales más acérrimos de Jordan. Thomas sugirió que los Bulls, liderados por Scottie Pippen y Toni Kukoc, tenían el potencial suficiente para ganar uno o dos campeonatos sin la presencia de Su Majestad. Aunque la idea puede parecer audaz, un vistazo al rendimiento de los Bulls durante la temporada 1993-94 ofrece un matiz interesante.

Tras el retiro temporal de Jordan para jugar béisbol, los Bulls terminaron la temporada regular con un impresionante récord de 55-27, solo dos victorias menos que en la temporada anterior con Jordan. Pippen emergió como un líder indiscutible, promediando 22.0 puntos, 8.7 rebotes y 5.6 asistencias por partido, cifras que lo colocaron en la tercera posición en la votación para el MVP. Kukoc, en su primera temporada en la NBA, aportó 10.9 puntos, 4.0 rebotes y 3.4 asistencias por encuentro, demostrando ser un complemento valioso en el esquema ofensivo del entrenador Phil Jackson. Aunque fueron eliminados en una ajustada serie de siete juegos contra New York Knicks en las semifinales de la Conferencia Este, los Bulls demostraron que podían competir al más alto nivel sin Jordan.

El argumento de Thomas no solo se centra en las habilidades de Pippen y Kukoc, sino también en la visión del gerente general Jerry Krause, quien fue el artífice detrás de la construcción del equipo. Krause reclutó a figuras clave como Pippen, Kukoc, Horace Grant y BJ Armstrong, quienes aportaron profundidad y versatilidad a la plantilla. La capacidad de Krause para detectar talento y su habilidad para construir un equipo cohesionado fue un factor crucial en el éxito de los Bulls, un punto que Thomas subrayó al afirmar que "Los Chicago Bulls nunca ganan un campeonato sin Jerry Krause. Que quede claro".

Imaginemos por un momento que los Bulls hubieran ganado un campeonato sin Jordan en 1994. Un título en esa temporada no solo hubiera reforzado el legado de Pippen como uno de los grandes jugadores de la historia de la NBA, sino que también habría consolidado a Krause como uno de los arquitectos más brillantes del baloncesto. Quizás, incluso, hubiera cambiado la narrativa alrededor de la figura de Jordan, resaltando aún más la importancia de un equipo bien construido y dirigido. Un anillo sin Jordan habría sido, sin duda, uno de los campeonatos más impensados y sorprendentes de la historia de la NBA, desafiando la creencia popular de que sin el número 23, los Bulls no podrían haber alcanzado la gloria.