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El exbase Brandon Jennings, quien deslumbró en sus primeros años en la NBA, decidió retirarse de manera prematura en 2018 con apenas 29 años y habiendo acumulado cerca de 40 millones de dólares en ganancias. Aunque podría haber extendido su carrera profesional, Jennings explicó que las constantes presiones económicas de familiares y amigos lo llevaron a abandonar el básquet.

Desde su llegada a la NBA en 2009, Jennings enfrentó no solo las exigencias del deporte, sino también las demandas de su entorno. En entrevistas recientes, reveló cómo las relaciones personales comenzaron a deteriorarse por la obsesión de terceros con su fortuna: “Se convirtió demasiado en una cuestión de dinero. El baloncesto es mi libertad, mi terapia. Pero cuando las personas empiezan a verte como su trabajo, se vuelve deprimente”​.

Para Jennings, este constante asedio económico lo desgastó. Admitió que parte de su motivación para jugar en China y Rusia fue escapar de esa presión y encontrar tranquilidad lejos del entorno que lo trataba como un "cajero automático" viviente. “No quieres ser visto como la vaca lechera de nadie, sin importar quién seas. Lo más importante es rodearte de personas que sumen valor a tu vida”, confesó durante su conversación con Dwight Howard en Above The Rim.

Brandon fue 10º en el draft 2009, en el que Blake Griffin fue el 1º. Debutó con gran impacto en Milwaukee Bucks, anotando 55 puntos en su séptimo partido, lo que disparó las expectativas sobre su carrera. Su mejor campaña fue en 2011-12, con promedios de 19,1 puntos y 5,5 asistencias, pero una lesión en el tendón de Aquiles afectó su rendimiento. Desde 2013, pasó por varios equipos de la NBA y en 2017 probó suerte en China. En 2018, tras un breve regreso a los Bucks mediante contratos de 10 días, Jennings terminó su carrera NBA con 555 partidos y promedios de 14,1 puntos y 5,7 asistencias por encuentro.