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Pocos jugadores tienen la mentalidad ganadora que tiene LeBron James. La gran estrella de Los Angeles Lakers domina la NBA desde hace dos décadas y es uno de los mejores jugadores de la historia. Tiene un gran palmarés y una vitrina repleta de trofeos, tanto en equipo como premios individuales.

Luego de sus primeros años en Cleveland Cavaliers, donde se convirtió en una de las grandes estrellas de la NBA, pasó a Miami Heat para poder cumplir su sueño de salir campeón de la mejor liga del planeta. En la ciudad de Florida logró conformar uno de los tridentes más importantes de la historia junto a Dwyane Wade y Chris Bosh. Allí ganó dos anillos, de manera consecutiva, en la temporada 2011/12 y 12/13.

Pero el equipo de Miami tenía varios jugadores importantes que eran el soporte. Uno de estos fue Mario Chalmers, el base titular de Miami que tenía aportes muy importantes con estadísticas destacadas y, además de eso, tenía mucha banca por parte del tridente estrella del Heat.

Chalmers tenía especial ascendencia con LeBron, pero James, en ocasiones, no estaba tan de acuerdo con lo que pensaba y hacía Mario. En un partido de la fase regular de la temporada 2012/13, Miami se enfrentaba con Indiana Pacers, que contaba con Luis Scola, el Heat estaba cayendo en el marcador y jugando mal.

Mario, tiempo después, explicó cómo era la química del equipo: “Creo que todos estábamos en el mismo carro. Todo el mundo se estaba quejando de un montón de cosas diferentes que pasaban en la cancha. Y nadie quería asumir la responsabilidad de ello. Mi papel era el del hermano pequeño. El hermano pequeño siempre se va a levantar. Levantarse y pedir ayuda al hermano mayor”.

Ese día, durante el partido entre Miami e Indiana, los Pacers iban ganando en condición de visitante y cuando Erik Spoelstra, entrenador del Heat, pidió minuto se vivió un hecho inesperado. “Eres la estrella del equipo, deja de actuar como una nena y juguemos al baloncesto”, le indicó Chalmers a LeBron, la gran estrella del equipo. Jamex explotó, se levantó del banco y fue a buscar a Mario con intenciones de pelear pero sus compañeros los separaron.

Las palabras de Chalmers surgieron efecto, LeBron reaccionó, comenzó a jugar mejor y Miami dio vuelta el partido para superar a Indiana por 97-94.