El árbitro que colgó el silbato para volver a las canchas
18:58 16/06/2025 | Franco Ronconi llevaba una prometedora carrera en el arbitraje en la Liga y a nivel internacional, pero decidió dejarlo y regresar a Universal de La Plata a jugar.
Es muy normal en etapas tempranas el dejar de jugar para ser árbitro. Sin embargo, el caso contrario no lo es tanto, pero Franco Ronconi lo llevó adelante. El platense, que llevaba una prometedora carrera en Liga Nacional y también a nivel internacional, un día lo dejó y volvió a ponerse los cortos para jugar.
Sin ir más lejos, Ronconi fue árbitro en Ventanas FIBA, BCLA y Juegos Mundiales Universitarios y torneos de formativas. “El proceso es un poco más personal, como estilo de vida, más por ese lado. El jugar siempre me habían quedado las ganas por el tema de que dejé de joven. Pero fue más que nada por un estilo de vida, o ver qué proyectaba yo para mi futuro” contó en charla con Básquet Plus.
Sobre el proceso, ahondó un poco más: “Ya lo venía pensando desde la temporada pasada Primero lo hice a través de FIBA, que renuncié para la renovación de la licencia. Pero ya después del Mundial del año pasado y el clasificatorio de la Copa del Mundo, lo hablé con el jefe de FIBA Américas, de los árbitros y le conté cómo me estaba sintiendo con el arbitraje, más que nada personalmente. Después comencé la temporada en Argentina con menos disponibilidad. Fue difícil, porque quieras o no, es un lugar donde yo había apostado mucho cuando ni bien comencé, y dejar algo donde pusiste tanta energía cuesta siempre”.
Sobre la reacción del colegio de árbitros, explicó: “Hablé con los referentes, después lo hablé con todo el colegio, pero fue de apoyo, fue algo que me tenía ahí medio preocupado, y fue la mejor, me dio mucho alivio. Y también sé que fue de esa manera porque en el arbitraje siempre me brindé de la mejor forma y siempre di lo mejor de mí”.
Y destacó: “Siempre voy a ser un agradecido al arbitraje porque no solo me dio el poder conocer otros lugares, ser un profesional del deporte y además de eso poder dirigir a los mejores jugadores o proyectos de jugadores en un futuro. A nivel personal me hizo crecer un montón, me enseñó mucho en cuanto a manejo de situaciones, a trato con personas, a desenvolverme, a estar solo. En este rubro todas las decisiones son de uno mismo, tenés que trabajar mucho contra tu cabeza y convivir con el error que es algo super importante, pero le doy un valor muy importante y siempre un agradecido”.
El regreso al primer amor con la naranja
A partir de allí el bichito de volver a jugar picó, y Universal, el club de su vida, llamó a su puerta: “A principio de año ya me habían pinchado, me habían preguntado, me habían mandado unos mensajitos, jodíamos. Hablé bastante con Mateo García Barucco, que volvía también al club. Tengo muchos amigos, es mi casa, es la familia. Mientras iba madurando esta idea de dejar el arbitraje, también crecían esas ganas de volver a jugar, de estar en una cancha. Hablé primero con amigos, después con dirigentes, hablé con el técnico y arranqué a entrenar. Y acá estoy ahora, jugando nuevamente en la Cueva”.
En este contexto, resaltó que “Universal en mi vida es mi segunda casa, es donde era mi refugio, donde me olvido de todo y mi cabeza se enfoca en eso. Es donde tuve mis primeros amigos, donde pasé miles de momentos, anécdotas, donde me formé como persona, es todo es muy importante para mí”.
Y se describió como jugador del antes y el después: “Estoy de interno como cuando arranqué, tratando de reencontrarme con mi tiro de tres puntos. Estamos en la búsqueda de eso, después tratando de ser un poco más ágil en lo que respecta al juego de poste”.
Después de volver a entrenar, llegó el turno del estreno: “Ya de por sí se me dio de local, que ya eso tiene un plus. Jugar en la cueva es de las cosas más lindas que hay y que he vivido, por la cantidad de gente que va, por el sentimiento que hay por el club, aparte tenemos la hinchada, la 25, los pibes cantan todo y encima son amigos increíbles. El ponerte la camiseta, estar en la cancha es hermoso. Fue muy lindo el debut, se me pasaron mil cosas por la cabeza pensando cómo iba a jugar, si me iba a encontrar conmigo, tenía más confianza de que iba a ser más sencillo volver a ser jugador, pero 9 años sin picar una pelota no son poca cosa”.
Y la pasada semana dio un paso más, convirtiendo el doble ganador para que su equipo diera un paso clave en busca del ascenso en el torneo local: “El tiro ganador, para ser sincero, es todo de Pablo (Klala). Me dejó solo contra el aro y solo tuve que subir y meterlo. Es la frutilla del postre algo que me dio una alegría inmensa. Y más que venía con una noche que el triple no la podía meter. Estaba medio frustrado con eso, por más que estaba en los otros rubros bien. Es un envío anímico, no solo para mí, sino para el equipo, porque nos aseguramos el segundo puesto. Ganamos sin tener en cancha a nuestro mejor jugador, que es Mateo (García Barucco). Fue algo hermoso vivirlo de local y con toda la gente, muchos amigos y familia me fueron a ver”.
Ya de vuelta en las canchas, Franco destacó que “no voy a ser esclavo de mis palabras, pero por el momento sí queda colgado el silbato. Quedó la puerta abierta para volver, pero en este momento de mi vida necesito ir para otro lado y así que por el momento no voy a volver a las canchas como árbitro, pero nunca se sabe qué puede ser del futuro”.
Alejandro Malky / [email protected]
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