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En medio de una serie Final igualadísima entre Indiana Pacers y Oklahoma City Thunder (2-2), la franquicia del Este recibió una noticia que, si bien no sorprende, sí termina de confirmar un panorama complicado: Jarace Walker, una de las piezas jóvenes del banco, tiene muy pocas chances de volver a jugar en estas Finales. Así lo confirmó este domingo el entrenador Rick Carlisle en conferencia de prensa: "Está mejor. Ya no usa muletas y camina con una ligera renguera. Pero es muy improbable que pueda jugar en esta serie. Sería genial tenerlo, porque creo que podría ayudarnos."

Walker, de 21 años, se lesionó el tobillo derecho durante el sexto partido de las Finales del Este ante los Knicks, una victoria que selló el pase a la definición por el título. Desde entonces, su evolución ha sido positiva —pasó de las muletas a caminar sin asistencia—, pero aún con limitaciones físicas. Si bien los Pacers no lo han descartado oficialmente para el quinto juego del lunes en Oklahoma City, su presencia es prácticamente imposible, y todo indica que su temporada ya terminó.

El ex Houston Cougars ha sido parte de la rotación de Indiana durante los playoffs, promediando 10 minutos por partido, con 3 puntos y 1.8 rebotes, siendo una opción fresca en el frente interno y con proyección defensiva. Su ausencia no es decisiva en los números, pero sí lo es en términos de profundidad para un equipo que se enfrenta a uno de los rivales más dinámicos de la NBA. Con la serie igualada, y sin Walker, los Pacers deberán ajustar sin margen de error en una definición que promete seguir al límite.