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Sergio Santos Hernández es uno de los mejores entrenadores argentinos, es uno de los tres que estuvo al frente de la Generación Dorada y que guió al seleccionado nacional a lograr importantes resultados en el plano internacional. 

Durante su proceso en el seleccionado argentino le tocó enfrentar a un centenar de jugadores de otros países, algunas figuras destacadas del básquet internacional y de la NBA como es el caso de Kobe Bryant. Oveja estuvo presente en el programa de TyC Sports, Líbero, y recordó una gran anécdota con el exjugador de Los Angeles Lakers.

"Yo juego por primera vez contra Kobe en 2007. Para mí fue el número 1. No jugué contra Jordan y no tengo relación con él pero jugué contra LeBron, Kevin Durant, Carmelo Anthoy, todos los que se te ocurran. Kobe es el número uno por diferencia, por varias razones. Adentro y fuera de la cancha”, comenzó Oveja.

Luego agregó: "Jugamos contra Estados Unidos, Kobe viene a saludar a uno por uno después de que nos ganan. Volvemos a enfrentarmos en la final y vuelve a saludar uno por uno, hasta a los utileros. Entonces yo lo agarro y le dije que su actitud enaltecía mucho a su persona y al equipo", comenzó el relato. "Jugar contra Estados Unidos era complicado porque había mucha soberbia, te hacían sentir mal los famosos Dream Teams. Desde que está él cambió todo. Él me agradeció y me preguntó algunas cosas sobre mí. Le dije que tengo hijos gemelos de 13 años y que lo admiran mucho. Les mandó un saludo. Esto en agosto de 2007”.

Un año después, en los Juegos Olímpicos Beijing 2008, Argentina venía con un buen andar, debía defender la medalla dorada conseguida cuatro años antes en Atenas. Pero en Estados Unidos no había caído bien esa derrota y fue al evento en tierras asiáticas con sus principales figuras. Una de ellas, o la principal, fue Kobe Bryant.

Oveja continuó: "Yo no había hablado nunca más con él. En un momento me frena en un pasillo y me dice 'Coach, si jugamos en semifinales, ¿le puedo mandar algo a sus hijos?'. Nos ganaron, ante 25 mil personas en la cancha, una zona mixta eterna”.

Para terminar, expresó: "Llegué al vestuario dos horas después, y cuando entra al vestuario, quedaba solo el Chapu Nocioni, que me dijo que entró Kobe buscándome y me dejó un regalo: eran las zapatillas con las que había jugado el partido, firmadas para mis hijos. Son zapatillas especiales, únicas”.