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En unas semanas donde la filosofía de entrenamiento de Dusko Ivanovic ha sido puesta en tela de juicio, el montenegrino ha logrado levantar a un Estrella Roja que venía de capa caída en la Euroliga. Uno de los jugadores que más fueron marcados por el entrenador fue Luis Scola en el Baskonia.

El Gran Capitán explotó bajo su ala y eso le permitió dominar Europa y dar el salto a la NBA ya siendo un jugador completamente pulido. En conversación con Julio Leiva en Caja Negra, expresó que “Dusko Ivanovic era muy difícil, muy exigente, pero yo le tengo mucho cariño. A mi me ayudó de muchas maneras diferentes y empezó con él esta cosa de ir por lo siguiente, de pasar página”.

Eso, como cuenta el argentino, fue clave, ya que le permitió adaptarse mejor a esa dinámica de la NBA en la que hay que seguir pase lo que pase en cada encuentro.

En el libro El Abanderado, se cuenta una anécdota que retrata la relación entre ambos de exigencia pura: “Después de un entrenamiento, Scola se acercó a Ivanovic y le dijo. ‘Coach, estoy realmente exhausto. Realmente cansado. Quiero que mañana me des el día libre. ¡Necesito descansar!» Ningún jugador lo sabía todavía, pero Ivanovic les iba a dar libre el día siguiente. Dusko le dijo a Luis: ‘Ahhh, estás cansado, ¿no? Pues bien. Mañana todos los demás tendrán el día libre, tu vendrás al pabellón, entrenarás por la mañana y tendrás sesión de tiro por la tarde. Sesión doble’. El resto de argentinos se morían de la risa: Schonochini, Nocioni, Oberto… ¿Qué pasó al final? Que el pobre Scola tuvo que ir al día siguiente mientras el resto tenían día libre”.