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Los clásicos de Mar del Plata entre Peñarol y Quilmes tienen miles de historias llamativas. Y esta no es la excepción. Pongamos en contexto, situándonos en la temporada 2004/05, donde el Milrayitas había ganado los cuatro clásicos que se habían jugado y se cruzaban en octavos de final.

En ese contexto, Peña ganó el primer juego por un claro 94 a 66, con un equipo que tenía a Tato Rodríguez y Juan Manuel Locatelli como figuras nacionales y al exNBA Sherell Ford como estrella extranjera. Precisamente él es el principal protagonista de esta historia. En el segundo juego cayeron por 83 a 73, el tercero ganó por 76 a 62 y el cervecero se llevó el cuarto por un agónico doble de Todd Williams por 83 a 82.

En ese contexto, según cuenta Ariel Greco en su libro Cien Clásicos, Cien Historias, el entrenador de Peñarol, Guillermo Narvarte, estaba tan caliente que les dio libre el sábado a los jugadores, cuando el lunes jugaban el definitorio. “No quiero que hablemos de básquet” dijo.

“Me dormí como a las cuatro o cinco de la mañana. No desayuné. Como a la una vino mi mujer y me preguntó ‘¿no pensás levantarte?’. Y yo seguía en la cama, con el tiro libre y el rebote de Todd Williams que se me venían a la cabeza. Recién a las cinco de la tarde salí de la habitación y la dejé a mi mujer que levantara las persianas. Estaba loco”.

Ya el entrenamiento del domingo, con la cabeza más tranquila y fresca, Narvarte recibió unas palabras de uno de los jugadores: “Se me acerca un jugador y me dice ‘me parece que hay que motivarlo a Sherell’. Y la única cosa que motivaba a Ford era el dinero”. Y esa frase corrió por el club milrayitas, entre dirigentes, allegados e hinchas, llegando todos a esa misma conclusión.

Así que se pusieron manos a la obra y cuando Ford ingresó al Polideportivo Islas Malvinas, que tenía más de 7 mil entradas vendidas y un operativo policial récord de 165 efectivos, los dirigentes de Peña y varios más se acercaron y le pusieron billetes en el bolsillo. “De una punta a la otra de la cancha, juntó entre 1500 y 2000 dólares” explicó Narvarte.

Y vaya si salió motivado, ya que arrancó el primer cuarto con 16 puntos y 4 triples. Terminaría con 27 unidades una gran noche que terminó con victoria por 83 a 64 y clasificación a cuartos de final. Su defensor, Claudio Chiappero, recordó esa defensa “nunca le jugué con tanto roce a un jugador, pero no lo pude parar”.