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Los 63 puntos ante New Orleans Pelicans era prácticamente una utopía. El Rey terminó teniendo una muy buena actuación, con 27 puntos,  pero no llegó a la marca por la que todos esperaban.  El posible quiebre del récord, tan esperado y con tanta especulación, al final no se dio. El mismo LeBron, un partido antes de New Orleans fue consultado, sobre si se sentía capaz de hacer un juego de 63 puntos, el respondió. “Si, yo puedo. No se sí pasará el sábado. Pero, si, yo puedo”. Si alguien puede tenerse fe para hacer 63, sin dudas el Rey. Aún más cuando está promediando 30.1 puntos por noche con 50.6 % en tiros de campo. 
 

Pensando “y sí” hubiera anotado los 63, el de Lakers se hubiera llevado consigo varios récords para sus libros. El principal de todos, ser el máximo anotador de la historia de la liga en temporada regular. El récord que nos trae a esta historia. El rey hubiera superado los 38.387 puntos que momentáneamente mantienen arriba de todo a Kareem Abdul-Jabbar. Superación personal también es un término frecuente para LBJ. Su máxima anotación en un partido fueron 61 puntos. Con la camiseta de Miami Heat, frente a Charlotte en 2014. Marca que también pudo haber quebrado.  
 
63 puntos con 38 años le daban el título de mayor anotador en un encuentro para un jugador mayor de 33 años. Hubiera sido la sesta mayor anotación en un partido para un jugador de los Lakers. Hubiera entrado entre los 7 jugadores con más partidos de 60 puntos. También hubiera sido su décimo quinto juego de 50 puntos o más. Y para no cansar con tantos hubieras y situaciones potenciales, agregamos un será, porque tarde o temprano LeBron James será el máximo anotador de la historia de la liga. Quizás ante Oklahoma, su próximo encuentro, en el que necesitara una cuota menos estratosférica que los 63.