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Con un antecedentes cercano, aunque amistoso, en Las Vegas (con Australia vencedor 91-83), la primera semi de Tokio 2020 ponía cara a cara a Estados Unidos y Australia, con los norteamericanos contundentes a su manera en todos los partidos tras la derrota en su debut ante Francia, y los australianos con el fantasma de haber perdido los 8 partidos en su historia olímpica que podían asegurarle una medalla. No hubo sorpresa y Estados Unidos jugará su 17º final en 19 presentaciones, tras vencer 97-78, con 23 puntos y 9 rebotes de Kevin Durant. 

Australia jugó 15 minutos de altísimo nivel. Inteligente desde lo defensivo, cercando los caminos al aro de los que no se llamaran Kevin Durant, aprovechando la otra vez escasa puntería yanqui del arranque (como ante España) y, sobre todo, atacando las falencias defensivas de Estados Unidos con mucha dinámica, buenos pases y un Joe Ingles certero para el tiro y con ojos en 180 grados para ver todo lo que ocurría. 

Los de Popovich tardaron un buen rato en acomodarse. Ya se sabe que defensivamente defienden con su físico, pero les cuesta acomodarse en cuanto a las ayudas, la coordinación y los distintos cambios, además de las reglas. Mientras se reseteaba, Australia le sacó 15 (41-26), con sus tiradores muy efectivos (7/15 triples en la primera mitad), y con un goleo repartido a partir de confundir a su rival con cortes y un pick and roll central desde donde surgía su ataque. 

Estados Unidos tardó 17 minutos en meter su primer triples, tras 10 intentos, y entonces recuperó el aire. Se puso a defender más duro el balón, pudo correr, metió un segundo triple y en 5 minutos se puso a 3 (42-45), pudiendo incluso empatar en la última del cuarto. Como ante España, una situación así desmoraliza. Hacés una gran defensa, tenés 47% en triples, Estados Unidos solo 2/13, y te vas al descanso largo, el de la reflexión, apenas 3 arriba. Es duro de sobrellevar. 

El arranque del tercer cuarto de Estados Unidos fue demoledor: 12-0 (20-0 si tomamos el cierre del 2C) para sacar 9 de ventaja y completar un parcial desde el -15 de 28-4. Como era de esperar, empezó a meterla de 3, Holiday condujo, Durant entró en trance, Booker afinó la mira de lejos, defendió duro (vital), eso le permitió correr y el combo fue letal. No hay forma de parar a Estados Unidos cuando entra en esa dinámica. Solo se puede rezar para que erren. 

Lo que siguió fue una masacre. Con Draymond Green y Jrue Holiday en cancha, Popovich puso su mejor versión defensiva en cancha y fue como lanzarle una orda de perros hambrientos a los australianos, que nunca se caracterizaron por capear demasiado bien estos momentos. Tras el 32-10 del 3C, sacando 19 (74-55), solo tuvo que manejar los últimos 10 minutos sin hacer demasiadas macanas para llevarse el juego sin sobresaltos. 

Estados Unidos terminó ganando con una amplitud quizá impensada en el segundo período, pero lógica si uno analiza lo que viene haciendo el equipo en este torneo. Fue 97-78 para los norteamericanos, con Kevin Durant como goleador, con 23 puntos, y tirando 9/18 triples tras el 0/10 de arranque. El viernes, en el extraño horario de la noche argentina, mañana japonesa, irá por el oro ante el ganador de Francia-Eslovenia. Australia, luego de caer por novena vez en nueve oportunidades en partidos por medalla, intentará de una vez terminar con esa pesadilla ante el perdedor de eslovenos y franceses.

Boxscore oficial

Fabián García / [email protected]
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