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La experiencia del Loco Montenegro en Medio Oriente

19:43 15/10/2021 | El exjugador argentino recordó una anécdota junto a un jeque árabe que decía saber de básquet.

Montenegro y su experiencia en Medio Oriente (Foto: La Nueva).

La vida de Hernán Monenegro ha ido cambiando de lugar constantemente y sus vivencias son interminables. En su faceta de representante de jugadores, la vida lo llevó a Medio Oriente, más precisamente en Arabia Saudita.

“Estuve nueve meses en dos periodos en Arabia Saudita, en Jeddah” empezó contando el Loco en una entrevista con Agustín Aristarán en su programa Radahouse. “Fue en 2004, yo llevaba jugadores de básquet, entrenadores y jugadores de fútbol con un jeque” le dio contexto.

“Le llevé a Néstor García como entrenador, un par de jugadores de fútbol” comentó Montenegro. El Che llegó a un club llamado Al-Ahli jeddah, previo a su paso por Argentino de Junín. “Los mandé y el jeque me invitó a ir. En Arabia no existe la visa de turista, si no te hace entrar alguien, no podés ingresar, es el país más ortodoxo del mundo árabe” ilustró el bahiense.

Un día, el hermano del jeque le dijo que estaba armando un equipo de básquet y lo quería como asesor: “Mahmoud, el hermano del jeque, ligado a las finanzas, me invita a Riyad porque compró un equipo y no tenía jugadores”, hasta ahí todo tranquilo.

Lo llamativo es que el hermano del jeque compró a todos los jugadores y lo invitó a verlos. “Llegué y fui a un hotel seis estrellas, 320 metros cuadrados. Me llamó y me dijo que compró 20 jugadores, me mandó una limusina y me fui al estadio”.

Salió la primera tanda de jugadores y Montenegro los vio jugar: “Eran todos unos enanos que no podían jugar a nada. Cómo le digo a este que compró mal. Terminó el entrenamiento, me preguntaron y les dije que los mataran a todos, no servían para nada”.

Sin embargo, ahí no terminó, sino que al otro día el Mahmoud contrató otros 20 jugadores. “Este está gastando una fortuna al pedo, pero era su plata” pensó el Loco. El segundo día fue igual, con el mismo resultado. “No sirven para un carajo estos tampoco” le dijo Montenegro.

Al tercer día, Montenegro no quería saber más nada. “Rogaba que aparecieran dos más o menos zafables para poder volver a la playa a surfear”.

Entraron y el argentino vio a dos que más o menos jugaban bien. “Aquellos dos, tremendos jugadores le dije al jeque, y me miró y me dijo “viste que se de esto”. Claro, compraste 60 jugadores cómo no vas conseguir un par” cerró Montenegro entre risas.

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