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El Barcelona se encuentra en una situación de emergencia en la posición de base tras la desafortunada experiencia con Raul Neto. El brasileño, que llegó como reemplazo temporal de Nico Laprovittola, disputó apenas dos partidos y acumuló siete minutos en cancha antes de sufrir dos lesiones musculares consecutivas. Ante esta crisis, la dirigencia azulgrana decidió rescindir su contrato y apostarlo todo por un viejo conocido, que no es cualquiera: Thomas Heurtel.

El francés, de 35 años, aporta experiencia y talento en un momento crítico para el equipo, pero nadie olvida lo ocurrido en el 2020, cuando se fue después de 4 temporadas en el club (2 Copas del Rey ganadas, siendo MVP en ambas) tras una escandalosa pelea, básicamente con Sarunas Jasikevicius. El coach no lo quería, el club se enteró que Heurtel negociaba su salida mientras al mismo tiempo hablaba con el Madrid, y entonces estalló todo por los aires. 

Tras jugar con el Anadolu Efes en Estambul el 22 de diciembre (partido en el que obviamente Heurtel ni se cambio, aunque fue parte del plantel), los dirigentes no le permitieron subir al avión de regreso a España y lo dejaron en Turquía, obligándolo a tomar un vuelo comercial. Recordemos que en esa época (diciembre del 2020), el COVID estaba explotado y los aeropuertos semivacíos, por eso la reacción del club generó una enorme cantidad de respuestas de jugadores y dirigentes de otros clubes y entidades. 

Tras esa salida, acordada finalmente, Heurtel no pudo ir ese año al Madrid y terminó la temporada en el ASVEL, pero en la 2021/22 sí se vistió de blanco, ganando Supercopa y Liga, ya sin Campazzo en el equipo, que se había ido a la NBA. Aquí tampoco se la llevó gratis, porque Pablo Laso lo corrió en un momento del equipo por un conflicto interno del que nunca quisieron hablar demasiado. 

Para Heurtel, sin embargo, los conflictos no terminaron, porque del Madrid se fue al Zenith ruso, siendo que supuestamente nadie que jugara las Olimpíadas del 2021 en Japón podía hacerlo. Eso era lo que la Federación Francesa les habría exigido a los jugadores. Las malas lenguas dicen que siempre supieron que Heurtel luego se iría a Rusia. La cuestión es que, por eso, Thomas no pudo volver a vestir la camiseta azul, pese a la falencia de Francia en la base.

Tras dos temporadas en el Zenith, Heurtel se fue por un buen salario a China, donde jugó para los Shenzhen Leopards los últimos dos meses. Sin embargo, ante esta llamada, no dudó. Y es que ya no están ni Jasikevicius, ni Nacho Rodríguez, el jefe del baloncesto culé en el 2020. Ahora el cargo está en manos de la Bomba Navarro, que fue compañero de Heurtel en aquellos tiempos, aunque no cuando explotó todo, estando ya retirado.

Rodríguez dio una entrevista hace un año al medio Jot Down Sport donde habló del tema, mostrándose totalmente arrepentido de haber dejado a Heurtel en el aeropuerto y contando la situación en detalle, dejando muy mal parado a Jasikevicius y el resto del cuerpo técnico. 

El que sí estaba era Álex Abrines, al que volverá a encontrarse ahora. ¿Habrán quedado recelos con los que no dijeron nada en aquel fin de año furioso? También estaba Leandro Bolmaro y el líder era claramente Nikola Mirotic. La realidad es que pasó mucho tiempo, las caras son otras, y no hay tiempo para pasar facturas. El Barcelona necesita urgentemente soluciones y Joan Peñarroya vio en Heurtel una chance. Calidad y talento no le faltan, como tampoco carácter. No está en su prime, su defensa tampoco lo caracterizó nunca pero sí su liderazgo. Este Barcelona, sin Lapro, no tiene tanto cacique, por lo que se espera que entre rápido en el sistema. No hay tiempo para más.