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Emanuel Ginóbili es el mejor jugador argentino de la historia y en su extensa carrera de más de 20 años vistió pocas camisetas. Desde su estreno en la Liga Nacional jugando para Andino de La Rioja en 1995 hasta su retiro en San Antonio Spurs en 2018 en la NBA, solo jugó en Estudiantes de Bahía Blanca, su ciudad natal, antes de destacarse en Italia para Reggio Calabria y Kinder Bolonia.

Manu llegó a La Rioja para sumarse a Andino de la mano de un viejo conocido: Huevo Sánchez. Ginóbili debutó en la Liga Nacional en Mar del Plata ante Peñarol a fines de septiembre de 1995 y luego de esa temporada, pasó dos años en Estudiantes antes de emigrar a Italia. Allí ganó todo, antes de dar su gran salto a la NBA.

En 1995, antes de volver a Bahía, cuando todavía estaba en La Rioja, Sánchez se contactó con su colega y amigo español Manolo Flores en Europa para ver si tenía un lugar para un joven que tenía un gran futuro por delante. Ese joven, claro, era Ginóbili. El español tiempo después recordó en El Periódico de Extremadura: “Me llamó y me dijo que tenía a un jugador increíblemente bueno y muy joven que quería dar el salto”.
Manu estaba dando sus primeros pasos en la Liga pero ya tenía la cabeza puesta en explotar como jugador. Sin embargo, a pesar de haber tenido un acuerdo económico casi cerrado, el entrenador y José María Bermejo, presidente del Cáceres, tuvieron complicaciones de fechas para ir a Argentina a conocer al jugador.

Ante esta imposibilidad de viajar, el fichaje se canceló. Manu se volvió a Bahía, tuvo dos buenas temporadas en Estudiantes y finalmente pudo armar las valijas para emigrar a Italia, donde construyó su carrera antes de llegar a la NBA. Manolo Sánchez se lamentó con el tiempo: “Con el tiempo lo piensas y fue una lástima, pero en este mundo a veces pasan cosas así”.