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La filosofía y estructura de la Liga Nacional ha cambiado bastante en los últimos años. La crisis económica permanente, la salida de los mejores y más antiguos fuera del país y también el retiro de algunos, logró que la Liga, que siempre tuvo un peso importante de sus entrenadores, se resetee. Hoy, por poner algunos ejemplos, si tomamos como punto de partida el comienzo de la 2023/24, los 8 entrenadores con más partidos ganados no están. Y de los 20 primeros solo hay 2: Demti y Seba González. 

Igual el tema de este informe no pasa solo por ahí, sino por otros cuantos factores. El enunciado es el siguiente: por segundo año consecutivo, dos de los cuatro semifinalistas cambiaron de coach durante la misma temporada. Quizá el número no suene fuerte, pero si lo acompañamos de contexto, la historia cambia. Punto 1: Boca lo hizo en los dos años. 2: en la 22/23 fueron los dos finalistas. Punto 3: este año ambos lo hicieron con al menos el 75% de los partidos de la fase regular jugada. Es más, Olímpico despidió a Leo Gutiérrez faltando 3 jornadas. Punto 4: en ambos casos de este año, los reemplazantes fueron debutantes. 

La histeria de los clubes en cuanto a la fagocitación de entrenadores en los últimos tres años es brutal. Veamos. En la 2021/22, 9 clubes cambiaron de entrenador (todos una vez), en la 2022/23 lo hicieron 8 clubes, pero 12 veces, porque Atenas cambió 3 veces y Comunicaciones y Unión, dos cada uno. En la 2023/24 se repitió el número de 8 clubes, completando 9 cambios, con dos salvedades: Peter Dominguez se fue de Obras por un llamado de Milwaukee Bucks y Cholo Vázquez se fue un tiempo de Platense y después volvió. 

Lo más curioso, sin embargo, volvió a ser que dos semifinalistas se hayan decidido a cambiar de coach con más del 75% (Boca) y del 90% (Olímpico) de la fase regular ya jugada. Por ahora se podría decir que les fue bien, porque ambos siguen en carrera y tanto Gonzalo Pérez en Boca como Esteban Gatti en Olímpico lo vienen haciendo bien, pero no parece normal, ¿o si? El año pasado, ya lo dijimos, los dos finalistas habían cambiado de capitán en medio de la tormenta, ¿pero antes?

No, antes no. De hecho, hicimos el recorrido por las últimas 20 temporadas de la Liga y el primer ejemplo se remonta recién a la 2010/11, pero con un caso particular, ya que Marcelo Richotti fue despedido de Quimsa apenas 2 partidos después de iniciado el torneo, siendo reemplazado por Carlos Romano, que lo metió en semis y terminó cuarto. Un año antes, otro caso especial: Rubén Magnano pegó el portazo en Atenas en la 2009/10 en medio del Súper 20 de Mar del Plata (literalmente fue en el medio) y lo reemplazó Huevo Sánchez, que perdió la final contra Peñarol. 

En la 2007/08, otra vez fue protagonista Quimsa y también Richotti. El bahiense fue cortado, lo reemplazo Fabio Demti y llegaron hasta la final. En la 2006/07 se dio uno de los casos más recordados, cuando Boca, luego campeón, despidió al Tola Cadillac y se quedó con Gabriel Piccato. Ese mismo año, es decir, hubo 16 en el medio, también dos semifinalistas cambiaron, ya que Regatas cortó a Gonzalo García y fichó a Silvio Santander, terminando cuartos. 

El último caso en estos 20 años fue Libertad de Sunchales en la 2005/06, cuando Tola Cadillac reeemplazó a Gonzalo García y terminó jugando la final ante Gimnasia de Comodoro, aunque perdiéndola. ¿Será esta una racha puntual sin incidencia o empezaremos a ver cosas así más seguido? Al menos en despidos, este trienio fue único en la historia. Y no precisamente por lo positivo. 

Fabián García / [email protected]
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