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Difícil explicar cómo un equipo como el Barcelona, luego de un primer cuarto en el que se fue al mini descanso 14-16, pudo ser el mismo que en el segundo período clavó un 40-8 de récord ante el Lenovo Tenerife para sentenciar la segunda semifinal de la Copa del Rey en apenas 20 minutos. Pocas veces visto. 

De hecho, los 40 puntos del segundo período fueron récord absoluto de Copa para un cuarto, y fueron en base a varios puntos altísimos. Primero, una muy buena defensa general, luego un Tomas Satoransky decidido con mucha energía a ser el que todos quieren que sea, dominante por talento y tamaño. Luego, un Willy Hernangómez letal cerca del cesto y encima una alta puntería de 3 puntos, desde muchas manos distintas (Abrines, Lapro, Brizuela, Jokubaitis, el propio Sato). Conclusión: 54-24 al descanso largo. 

La segunda mitad estuvo completa, totalmente de más, porque no había forma, aunque jugaran una semana entera más, que el Lenovo pudiera emparejar a un rival motivado, ya con la cabeza en el Madrid para la final, buscando simplemente aprovechar esa sensación de oler sangre para despertar todo su instinto animal, que necesitará repetir si quiere ganar la Copa, un torneo que le venía siendo muy amigable hasta el año pasado (ganó 4 de 5 entre 2018 y 2022), en donde perdió en primera ronda ante el luego campeón Unicaja. Además, de conseguir el título, alcanzará al Madrid en la cima de campeonatos ganados, con 28.

El encuentro ante Lenovo Tenerife terminó 108-76, con Willy Hernangómez como máximo anotador, con 15 puntos. Nico Laprovittola tuvo un buen desempeño en la primera mitad, la que definió el partido, y acabó con 7 puntos, 3 asistencias y 1/3 triples. Mañana domingo, la gran final ante el Madrid desde las 14.30 de Argentina (Star+ y Fox Sports). 

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