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Después de una clara victoria en el primer choque, el segundo era clave para ambos, pero sobre todo para el Barcelona, que quedaba match point en contra si caía. Barcelona, por eso, arrancó concentrado atrás, impidiendo tiros cómodos del local y siendo certero con sus lanzamientos, para una ventaja rápida de 9-3. Musa empezó la habitual masa de triples que el equipo blanco tiene como marca registrada y, por esa vía (2 de Musa, 1 de Abalde), lo dio vuelta y, metiendo también más en juego a Tavares, se fue arriba 16-11 (parcial de 13-2). 

Pero Barcelona cambió bastante con la vuelta de Satoransky, más agresivo adelante y siempre útil atrás, luego de una primera entrada floja de Lapro (0/3), y entre él, los tiros lejanos de Parker y la quintita de Vesely, siempre efectivo de frente al cesto, los catalanes se recuperaron con otro parcial marcado para retomar los 6 de luz (22-28, racha de 17-6). El Madrid, como siempre, iba a una marcha con Campazzo y a otra con Chacho, pero eso no sorprendía. 

Como tampoco que, al volver Campazzo, la diferencia en contra se diera vuelta, con más energía, más defensa y con Llull asumiendo su rol de leyenda clavando dos bombas que torcieron la historia. Igual no había mucho margen ni para el error ni para la confianza. De hecho, un triple de Campazzo a 10 segundos del final del segundo período abrió para el local una brecha apenas de 4 puntos (44-40). Muy controlado Hezonja (4), bastante Musa (8) y sin gravitar Tavares (6). Solo Facu (hasta ahí) y el increíble Llull (13). Barcelona repartía más el goleo, esperando también por la aparición de su goleador Laprovittola (2).

Como suele ocurrir con los anotadores furiosos, cuando menos se los espera aparecen, y Musa apareció en el comienzo del tercer cuarto (también, en menor medida, Hezonja), jugando mucho uno contra uno con sus enormes fundamentos ofensivos, y así el Madrid sacó por primera vez en el partido diferencia de doble dígito (55-45), empezando a resolver la historia. Barcelona se la jugó con una defensa zonal que le dio resultados intermedios. Complicó el ataque local, sobre todo cuando salió Campazzo y perdió movilidad la ofensiva blanca, pero como en la primera mitad, cuando los problemas crecieron, llegó Llull para cerrar el cuarto con una mandarina extra desde la media cancha, que le posibilitó irse a los 10 minutos finales 11 arriba, 73-62. 

Las cosas estaban más parecidas a lo normal, porque Hezonja estaba mejor, Musa mucho mejor y Llull era la variante ante las adversidades. Más Campazzo, un poquito de Tavares y poco más (como la defensa de Causeur sobre Lapro). Con eso le alcanzaba ante un rival muy poco decidido, como resignado, sin espíritu para intentar algo más. Solo esa zona que, como dijimos, no logró cambiar el rumbo. Y eso era lo único que servía, porque si no era 0-2 y a esperar el milagro. 

No pasó nada de eso. Nadie se salió del libreto y el Madrid se lució, porque a diferencia de la Euroliga, donde los veteranos no parecieron los apropiados para dar vuelta un partido, para manejar un resultado no hay como ellos. Entre Chacho, Llull y Rudy hicieron jugar a todos, la bola empezó a entrar con alta efectividad (13/32 triples) y el partido se terminó temprano. Al final fue un mentiroso 104-98, sin necesidad de utilizar demasiados minutos a Campazzo y terminando frescos. Llull sumó 16 y fue figura y Musa el goleador (18). Campazzo terminó con 14 puntos y 2 asistencias. En Barcelona, Laprovittola terminó con 12 puntos, 5 asistencias y 3 rebotes. Serie 2-0 y tercer partido en el Palau Blaugrana, el domingo.
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Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Madrid, España
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