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No consiguieron los hombres del Ché García anotar hasta pasados 3 minutos y medio del partido gracias a Smits y ello después de haber fallado varios intentos e incluso un mate. La canasta del letón y la siguiente de Vargas en penetración sirvieron a los fuenlabreños para ponerse por delante en el marcador de manera testimonial. Los burgaleses tomaron el relevo y merced a un juego coral de su cinco inicial llegaron a lograr una diferencia de 11 puntos gracias a una canasta de Gailius que ponía el 18-7 en un, nuevamente repleto, Coliseum. El cuarto acababa con dos canastas de Paco Cruz y un prometedor 18-11 a favor de los locales.

Diego Epifanio, técnico local, dió entrada en el segundo cuarto a la segunda unidad. Con ella en cancha los burgaleses perdieron intensidad defensiva. Esto permitió a Montakit acercarse a un San Pablo muy fallón, con un Javi Vega desacertado y nervioso frente a su ex equipo y un Schreiner incapaz de mantener el ritmo y el acierto en la dirección de Fisher. Ambos equipos apostaban por el smallball y jugaban sin pívot, buscando mayor velocidad, resultando ganadores en el este sentido los madrileños. El escenario cambió con la entrada en cancha de Huskic que merced a su presencia física intimidó a los visitantes y logró darle la vuelta al parcial recibido y recuperar la ventaja para el conjunto castellano. Así, se llegaba al descanso nuevamente con la máxima renta del encuentro hasta el momento (37-26).

Más igualado comenzó el encuentro a la vuelta de vestuarios con una batería exterior fuenlabreña mucho más acertada y con un San Pablo Burgos que no bajaba la intensidad. Intercambio de canastas y presión defensiva. Los rojillos intentando mantener el tempo bajo y los burgaleses buscando correr. Con 6:39 para el final del tercer cuarto y 41-35 en el electrónico Burgos solicitaba tiempo muerto para ajustar conceptos y bloquear el efecto de los dos triples consecutivos de un Popovic que estaba enchufado en ese momento, lo conseguía y obligada a que García hiciese lo propio a los 40 segundos dado que el conjunto burgalés volvía a recuperar la máxima del encuentro hasta ese momento (+11). Pero a partir de ese momento se vió al mejor Fuenlabrada y al peor Burgos. Los madrileños lograban un parcial de 2-16 (48-51), de la mano de un inconmensurable Popovic que mostró fuerza, velocidad y decisión, logrando un total de 5 triples en el cuarto que hacían recuperar la esperanza al Fuenla. El tercer cuarto acababa con los madrileños por delante en el marcador y con todo por decidir en los últimos diez minutos (53-54).

Empezó fuerte Burgos, con Popovic descansando en el banquillo, y el parcial de 0-5 (58-54) obligó a devolver al croata a cancha que con su séptimo triple del partido devolvía el comando del encuentro a su escuadra. Los burgaleses no lograban recuperar el acierto, con unos Schreiner y Gailius no demasiado centrados y siendo incapaces de abastecer de balones francos a los interiores azulones, que por su parte concedían un exceso de rebotes a los visitantes que tampoco lograban despegarse en el electrónico. De esta manera, el juego era una ida y vuelta de alternancias en el dominio del marcador que Epi quiso atajar con un tiempo muerto y la vuelta a cancha de un Fisher inédito hasta el momento en el último cuarto a minuto y medio del final. Lo mismo hizo García, justo antes de que Fisher anotáse dos tiros libres que devolvían temporalmente la ventaja a los burgaleses. 

Era Paco Cruz quien se ocupaba de volver a adelantar a los madrileños con una penetración que forzaba a Epi a solicitar un nuevo tiempo muerto a falta de 32 segundos para el final y con 69-70. A partir de ahí el falló de Huskic y el tiro libre anotado por Eyenga hicieron casi imposible la remontada burgalesa y el fallo en el último triple intentado por Fisher dejó el electrónico en un 69-71 a favor de los madrileños que mantienen su excelente campaña pero dejar entrever cierto cansancio y falta de concentración con el paso de las jornadas.