Mi club de barrio

Treise: “Algún día me voy a retirar con esta camiseta”

14:55 07/01/2015 | Como pocos, Jonathan Treise siempre vuelve a sus orígenes, y por eso en el Club Atlético Pilar es uno más. Aquí piensa terminar su carrera.

MM
Johnny y su club del alma

El caso de Jonathan Treise no es uno más. Lo vimos también en Maximiliano Stanic con Morón, pero es la excepción. Treise juega este año en Capital Federal por primera vez, siendo su origen Misiones, pero su lugar de residencia infantil Pilar, y sin embargo nunca perdió contacto con el club que lo vio nacer, al que en casa receso retorna para no perder la relación. De hecho, este año jugó el Zárate-Campana para el club, dándose un gusto que piensa profundizar cuando llegue el final de su carrera.

-¿A qué edad empezaste a venir acá?
. A los 8 años. Yo nací en Leandro Alem de Misiones, pero al año nos radicamos con mi familia en Pilar y a través de un amigo del colegio empezamos a venir al club con mi hermano, para hacer algún deporte. Me gustó enseguida y por eso nos pusimos un arito de básquet en casa, invitando a chicos del barrio a entrenar. Lo que me enseñaban acá yo después se los enseñaba a ellos en mi barrio. Me hacía medio el entrenador, je.
-¿A cuánto vivías de acá?
. A unos 4/5 kilómetros. Me traía mi madre. Mi hermano es un año más chico, así que un año jugábamos en la misma categoría y en el otro menos. Veníamos en colectivo, hasta los 11/12 años. Incluso a esa edad ya me quedaba hasta el entrenamiento de la primera. Yo estaba en infantiles. El Vasco, un tipo muy querido, nos pagaba el remís para que nos volviéramos a las 10 de la noche, simplemente para que nos quedáramos más tiempo en el club.
-¿Y por qué fue Atlético y no Sportivo?
. Porque mi amigo del colegio venía acá. Así empezamos a salir del tema del fútbol del barrio para involucrarnos más en un club, más social. Encima en el fútbol yo era muy peleador y los partidos siempre terminaban mal. No era el camino. El básquet es mucho más amigable.
- Al colegio ibas a la tarde.
. Sí, y cinco y media de la tarde ya estaba acá con la pelotita. Bien molesto. Y a los 11/12 años ya empecé a entrenarme con la primera. Tengo esta altura desde infantiles. Empecé de pivote, hasta que con los años no crecí más y terminé de base.
-¿Qué cambió del club?
. La cancha no tenía piso de parquet, era de cemento. Pasé una infancia maravillosa acá. Fui hincha siempre de este club y algún día me voy a retirar con esta camiseta.

-¿Qué otra actividad tiene el club?
. El club tiene tiro con arco, pileta de natación. Además el club tiene un polideportivo sobre la ruta 8, a unos dos kilómetros de acá, donde hay otra pileta, cancha de básquet, de fútbol, de rugby, tiene un colegio. Este es un club de ciento y pico de años. Acá está la segunda pareja a nivel nacional de pelota a paleta por ejemplo. Se llena la cancha cuando juegan.
- Supongo que alguna vez a la paleta le diste.
. Yo hice de todo acá, de molesto que era. En el bar también estaba mucho con los chicos. Era además un salón de fiestas donde se hacía, por lo menos, un gran asado al mes para todo el club, con baile y todo. También hacíamos pool, metegol, ping pong. Incluso un año mi mamá fue secretaria de la comisión de básquet, entonces nos quedábamos más tiempo todavía. Por ahí era la una de la mañana y seguíamos acá. Yo estaba chocho.
-¿Si tenés que definir qué te dejó el club, qué dirías?
. Felicidad. Incluso en el receso pasado jugué 7 partidos para Atlético la Zárate-Campana, me dieron un reconocimiento y me emocioné mucho, porque quiero al club. Tengo toda una historia acá. Y me parece maravillos volver al club y que la gente, tanto la más grande como la más chica, me de tanto amor. Yo acá vengo con mi hijo, mi mujer, mi vieja, y todos la pasan bárbaro.
-¿Qué te pasó en el primer partido que jugaste?
. Uh, fue tremendo. La pelota parecía un ancla. No sabía si tirar, pasarla. Vinieron mis viejos, mi mujer, mi hijo a verme. Fue muy emotivo.
-¿En estos años que jugaste fuera de Buenos Aires perdiste contacto?
. No, porque yo en los recesos me instalo en Pilar, donde tengo mi casa, y vengo siempre. Es más, muchas veces me entreno con la primera y tengo una gran relación con los chicos que juegan acá. El cariño es mutuo.

 

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