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Transcurría el mes de noviembre de 2006 cuando Oberto tuvo su partido perfecto con la camiseta de San Antonio. En el AT&T Center, el interno argentino tuvo 100% de eficacia en sus once intentos al aro, para ayudar a su equipo a ganarle a Phoenix 111-106, luego de una prórroga. El dato es digno de repetirse porque parece inverosímil, Fabricio no falló ninguno de sus once tiros de campo, algo que nadie había logrado en el equipo texano, si se toma en cuenta esa cantidad de lanzamientos. De hecho, todavía sigue siendo récord de franquicia.

Sin embargo, ayer corrió un serio riesgo, como consecuencia del superlativo partido de LaMarcus Aldridge. El exPortland tuvo un primer cuarto antalógico, en el que anotó 20 puntos -los ocho primeros de su equipo- y no conoció el significado de fallar un tiro. Intentó nueve lanzamientos de dos puntos y los encestó todos, así como también metió los dos libres que ejecutó. En ese punto del juego y, si se toma como referencia que estaba a solo tres conversiones de superar a Oberto, empezamos a ver con otros ojos el descomunal rendimiento del interno. Pero todavía quedaba mucho básquet por delante.

Nada parecía frenar a LaMarcus, quien se mantuvo encendido en el segundo cuarto. Cuando éste promediaba, encestó dos dobles cercanos al aro casi de forma consecutiva, los que le permitieron alcanzar al argentino. Solamente le faltaba una conversión más para sellar su nombre en solitario, como el dueño del récord de más tiros embocados sin fallar en un partido, con la camiseta de San Antonio. 

Ese tiro llegó cuando restaban 2'18'' para que terminara la primera mitad. Luego de un giro, la pelota se despegó de su mano y comenzó el camino hacia el aro. LaMarcus se convertiría en historia si la metía, mientras que si la erraba, la marca que Oberto estableció en 2006 se mantendría más vigente que nunca. Finalmente esa ejecución de Aldridge no entró y Fabricio pudo volver a respirar tranquilo. 

Juan Martín Orellano / Mail: [email protected]

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