Era sabido que no sería un partido sencillo para San Antonio, porque Washington es uno de los mejores equipos de la Liga, cuenta con jugadores atléticos, buena talla para pelear en el poste bajo, y un perímetro que cuando está encendido puede ser letal.
Para colmo de males, como Gregg Popovich sigue sufriendo las lesiones, es decir con Tony Parker y Kawhi Leonard afuera, el equipo necesitaba de los recursos de la banca para no desgastar tanto a nombres como Tim Duncan y Manu Ginóbili.
Todo lo enunciado se cumplió, porque los Wizards hicieron gala de su talento y le metieron mucho vértigo al partido; en tanto San Antonio lo equilibró con el buen trabajo de Splitter en la pintura, en un duelo interesante con Nené y Gortat. Obviamente, los ataques prevalecieron sobre las defensas, pero con una particularidad, mientras Washington terminó el cuarto con un altísimo 65% de cancha, los Spurs apenas llegaron al 50% y dependiendo mucho del goleo de Mills: 31-35.
La visita llegó a sacar nueve de ventaja en el segundo segmento, se apoyó en la rotación, y si bien comenzó a bajar sus porcentajes, le alcanzó para mantener a raya al dueño de casa la mayor parte del tiempo. Popovich intentó varios cambios buscando respuestas en el banco, pero la solución llegó cuando su equipo le quitó los espacios a su adversario.
Joseph se transformó en una importante vía de gol y Splitter volvió a imponerse en el juego interno. Washington lució incómodo y se quedó dos minutos sin convertir, hasta que Beal acabó con la sequía. En los últimos segundos de la primera mitad, Joseph y Ginóbili fueron los artífices para cerrar el primer tiempo igualados: 58-58.
En el tercer segmento la visita amagó con escaparse, llegó a sacar siete (66-73), pero nunca tuvo el control. Lo mejor de los Wizards se dio cuando la pelota pasó por Gortat y Nené, a partir de la generación de juego de Wall, sin dudas hoy por hoy, uno de los mejores bases de la competencia. Cuando Ginóbili dejó de intentar y se ocupó de asistir, San Antonio lo dio vuelta con un parcial de 8-0.
Una vez más se destacaron Splitter y Joseph, al mismo tiempo que emergió Boris Diaw. El francés, con 6 puntos consecutivos, fue importantísimo para revertir la situación, y para sostener la ventaja en los doce finales. Con un doble de Joseph, San Antonio cerró el cuarto en ganador: 78-77.
Con una defensa implacable, y un ataque que se recargó en Diaw, Splitter y Belinelli, el dueño de casa se mantuvo arriba con una diferencia de cuatro y seis puntos. Beal se encargó de achicar las cifras, pero fue una acción individual y aislada de una ofensiva que en ese capítulo apenas superó el 20% de cancha.
El partido se sentenció antes del final, con una ráfaga del italiano, cuya penúltima anotación llegó a partir de una asistencia magistral de Ginóbili (96-88). Aún quedaban 3m44s por jugar, pero a esa altura San Antonio ya tenía el partido ganado desde lo emocional, y lo confirmó en el siguiente ataque, cuando Duncan le quitó el balón a Nené, y Diaw anotó en la pintura.
San Antonio logró el décimo séptimo triunfo consecutivo ante Washington, y el décimo cuarto seguido en el AT&T Center. Y a pesar de las ausencias, el conjunto de Gregg Popovich volvió a demostrar el juego colectivo y la filosofía que lo caracteriza con seis jugadores que superaron el doble dígito en anotaciones. Los Wizards también lucieron un ataque balanceado, pero terminaron sucumbiendo ante la defensa del campeón en el último cuarto.
Manu Ginóbili terminó el partido con 5 puntos (2/4 dobles, 0/4 triples y 1/2 libres), 3 rebotes, 5 asistencias, 1 recupero, 3 pérdidas y 3 faltas en 27m54s.
Roberto Martín
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