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Este lunes comenzará la esperada definición de la Conferencia Oeste entre Houston y Golden State, recordando que los Rockets tienen la ventaja de localía, por lo que jugarán como locales los primeros dos encuentros del cruce. Más allá de esto, los Warriors parten como favoritos en la opinión pública, buscando lo que sería su cuarta final NBA consecutiva. ¿Cuáles son las claves para la resolución de esta llave? Repasemos.

POTENCIAL DEFENSIVO. Por supuesto que es sabido que ambos tienen algunos de los ataques más eficientes de toda la historia, pero es bastante más interesante la discusión sobre el potencial defensivo de ambos. Si bien Houston tuvo un mejor rendimiento en ese costado durante la fase regular, la sensación es que los Warriors tienen un techo más alto para alcanzar. Es decir, cuando Golden State se concentra, puede alcanzar un nivel de intensidad en la marca que los Rockets aún no han mostrado. Y si pensamos en la importancia de una final de conferencia, sería raro imaginar a los californianos relajados o alejados de su mejor versión.

TRES CONTRA DOS. Los Warriors cuentan con tres súperestrellas en ataque, capaces de anotar 30 puntos consistentemente: Steph Curry, Kevin Durant y Klay Thompson. Los Rockets, por su lado, tienen dos: Chris Paul y James Harden. Además, ambos cuentan con figuras en otros aspectos del juego, como Draymond Green y Clint Capela respectivamente. Sin embargo, esa tercera pata anotadora con la que cuentan los de Kerr, puede terminar siendo decisiva. La sensación es que para que Houston tenga chances en esta serie, precisará de un aporte determinante y consistente de alguno de sus jugadores complementarios, ya sea Eric Gordon, Gerald Green o cualquier otro integrante del plantel de D´Antoni. Es difícil imaginar a los texanos avanzando solamente gracias a la tarea de Harden o Paul.

EL PESO DEL PASADO. Otro de los desafíos que Houston debe resolver en este cruce pasa por las frustraciones de años anteriores y su falta de experiencia teniendo éxito en este tipo de instancias, aún para protagonistas con mucho recorrido como Paul, Harden o D´Antoni (el único que llegó a una final NBA fue Harden, con OKC). Del otro lado la historia es completamente opuesta, con un núcleo de Golden State que ha accedido a las últimas tres definiciones de la competencia, más un Durant dos veces finalista y con un MVP en una de esas ocasiones (el año pasado en el triunfo ante Cleveland).

PROFUNDIDAD. Quizá el único punto donde Houston pueda tener una ventaja es en el banco de suplentes. Más allá de que ninguno de sus relevos viene teniendo unos playoffs superlativos, cuentan con mucho talento en esa segunda unidad: Eric Gordon, Ryan Anderson, Gerald Green y un as defensivo como Luc Richard Mbah a Moute, entre otros. En cambio, si en Golden State descontamos a sus cinco jugadores más determinantes (Curry-Thompson-Durant-Iguodala-Green), no encontramos grandes soluciones: Shaun Livingston, Quinn Cook, JaVale McGee, David West, Nick Young... buenos jugadores, pero ninguno parece tene la capacidad de inclinar un partido como sí la tienen varios en los Rockets.

EMPAREJAMIENTOS. La serie ofrecerá varios duelos individuales a seguir muy de cerca. El más interesante parece ser el de Thompson con Harden, con un excelente defensor intentando frenar al probable MVP de la 2017/18. Tampoco podemos perder de vista a Curry marcando a Paul o a Green intentando interponerse en las conexiones de pick and roll con la que los guardias de Houston alimentan a Capela. Diferente es el panorama del otro costado de la cancha, ya que los Rockets no proponen una defensa individual, sino un sistema de cambios constantes: veremos muchas veces a Capela defendiendo a un perimetral alejado del aro o a Harden intentando soportar a Green o algún otro interno en el poste bajo.