La expulsión y posterior reacción de Rajon Rondo con el árbitro Billy Kennedy provocó un revuelo enorme en la NBA. El base de los Kings fue descalificado en el partido jugado en México contra Boston Celtics e insultó a Kennedy refiriéndose a su condición sexual: “Eres un puto maricón, Billy”.
Después del juego, el árbitro anunció públicamente que era homosexual: “Estoy orgulloso de ser árbitro NBA y estoy orgulloso de ser gay. Sigo los pasos de otros que se han definido con la esperanza de enviar un mensaje a los hombres y las mujeres jóvenes del mundo del deporte, para que nadie se sienta avergonzado de quien es”.
Y el escándalo estaba servido porque se dio por hecho que en el entorno de la NBA se conocía la condición sexual de uno de sus mejores árbitros y que, por lo tanto, Rajon Rondo la había utilizado de forma consciente para atacarle. Después Rondo, ante el revuelo creado, tuvo que emitir un comunicado en el que pedía perdón a la comunidad gay, pero su imagen recibió un duro golpe justo cuando está protagonizando una verdadera resurrección deportiva en Sacramento.
Billy Kennedy, después de su anuncio, arbitró el partido que enfrentó a San Antonio Spurs con Utah Jazz. Y el técnico de los texanos, Gregg Popovich, habló sin tapujos sobre los insultos homofóbicos en la NBA, de la condena al reconocimiento de que son una constante en las canchas: “No me sorprendió, sucede constantemente. Es una desgracia, es muy ofensivo. Además Billy es un gran tipo, siempre ha tenido un comportamiento exquisito dentro y fuera de la pista. En lo que se refiere a la orientación sexual de cualquier persona, nadie debería inmiscuirse. Todo esto es una demostración de ignorancia. No tiene sentido pero si me preguntan si me sorprende escucharlo, la respuesta es no”.