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El básquet argentino tiene una rica tradición de equipos que marcaron época con bicampeonatos internacionales. Ferro Carril Oeste fue pionero en esta hazaña al consagrarse en el Campeonato Sudamericano de Clubes en 1981 y 1982, venciendo a rivales de peso en la región. Unos años después, Atenas de Córdoba replicó el éxito en 1993 y 1994, reafirmando el poder del básquet nacional a nivel continental.

Ya venidos en este siglo XXI, Boca logró un tricampeonato, hasta ahora irrpetible para sus compatriotas, entre 2004 y 2006. Finalmente, San Lorenzo se llevó la gloria más reciente con los títulos consecutivos de la Liga de las Américas en 2018 y 2019, demostrando su hegemonía en ese ciclo.

Quimsa, actual campeón de la Basketball Champions League Américas, busca ahora inscribir su nombre en esa lista de privilegiados. Sin embargo, el desafío llega con un plantel renovado. Las bajas de jugadores clave como Brandon Robinson, Sebastián Acevedo, Fabián Ramírez Barrios y Taya Gallizzi obligaron a la dirigencia santiagueña a moverse en el mercado.

En ese sentido, el regreso de Agustín Pérez Tapia y las llegadas de Patricio Tabárez y Nicolás Romano le aportarán nuevas armas a un equipo que mantuvo piezas fundamentales como Juan Brussino, Bruno Sansimoni y Eduardo Vasirani, además de confirmar la vuelta del pivote Tavario Miller. Hasta ahora, por la Liga Nacional, el récord es positivo con un balance 8-4.

El camino del bicampeonato no será fácil. Hoy, en el inicio del torneo, la Fusión se mide ante Biguá de Uruguay con la ilusión de dar el primer paso firme en su cancha. Con Leandro Ramella al mando, Quimsa quiere volver a demostrar que el básquet argentino sigue siendo protagonista en el continente.

Pablo Catalá / [email protected] 
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