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Pocas competencias en estos Juegos Olímpicos tenían un candidato tan por encima del resto como el básquet femenino. En la previa, la sensación era que Estados Unidos era ampliamente superior a cualquier rival que podía presentarsele en el camino y el correr del certamen confirmó esta situación. Como para cerrar con un broche dorado su participación, las estadounidenses vencieron en la final a España por 101 a 72, consiguiendo su sexto oro consecutivo.

España mostró garras en el primer período, desde una defensa muy férrea hasta una efectividad ofensiva donde la gran líder fue Alba Torrens. De todas formas, se le hizo difícil combatir a Estados Unidos, que capitalizó cada error rival y cada oportunidad propia para facturar. Las variantes estadounidenses y su verticalidad fueron más, por eso las americanas se llevaron el primer parcial por 21-17.

Las de Aurienma empezaron a tomar distancias en el siguiente período, desde el tiro a distnacia y una intensidad que no se vio mermada en ningún momento. Bombas de Bird y Taurasi por duplicado, más un doble de Stewart, empezaron a dejar a España en el camino. Claro que la defensa europea siguió siendo buena, pero a empezar a cargarse de foules Ndour y Nicholls en la zona pintada. Así, frenar el juego interior norteamericano se empezó a hacer más complejo.

De a poco la ventaja comenzó a estirarse, pasando de un 32-24 remable a un contundente 49-32 al descanso largo. Cuando Moore (12 puntos al entretiempo) empezó a tener más contacto con el balón, la balanza se inclinó mucho más y Estados Unidos pasó a ser la clara dominadora del encuentro. Y no solo en el resultado, sinoq ue también ya le había sacado diferencias claras en las alturas (29-19 en rebotes) y empezó a tener un rumbo mucho más claro de cara al complemento.

Los triples de Taurasi siguieron invadiendo el Arena Carioca en el tercer cuarto, y a aquella peligrosísima arma se sumó la verticalidad y la voracidad con la que encara hacia el aro Moore. Es cierto que España no bajó los brazos y mantuvo por varios minutos esa diferencia promedio de veinte unidades, pero el enorme desgaste no tuvo frutos y el físico empezó a flaquear ante la potencia americana. Lo de las chicas de Mondelo fue dignísimo, aunque no evitó que Estados Unidos vuelva a rotar su equipo y en los últimos cuatro minutos se termine de despegar.

El partido se abrió más, Estados Unidos siguió ocupando mejor los espacios y estiró distancias a través de su rápida transición. La rotación, con Augustus, Catchings, Della Donne y demás actrices desde la banca, siguió dañando la ya vulnerable oposición española. En el ocaso del parcial, un triple de Domínguez disminuyó a veinticinco la desventaja de las europeas en un resultado que ya favorecía por 81-46 a Estados Unidos.

Con el juego totalmente desvirtuado, el cierre del encuentro sobró y Estados Unidos solamente debió consumir los últimos diez minutos para coronarse una vez más. La paliza terminó siendo por 101-72.

Las campeonas contaron con cinco jugadoras distintas en doble dígito: Whalen y Taurasi con 17, Moore con 14, Stewart con 11 y Delle Donne con 10. Por España no alcanzaron 18 tantos de Torrens ni los 12 de Xargay. 

Este es el octavo título olímpico para Estados Unidos y como ya marcamos, el sexto de forma consecutiva (ganó todas las ediciones a partir de Atlanta 1996). Además, las WNBA ya llevan 49 victorias al hilo en esta competencia, contando desde que ganaron el bronce en Barcelona 1992.