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Las imágenes están dando vuelta al mundo. Akil Mitchell, pivote estadounidense de los New Zealand Breakers, recibió un golpe de Nnanna Egwu peleando por un rebote, con una consecuencia impactante: su globo ocular izquierdo quedó fuera de la cuenca.

La reacción de Mitchell y de sus compañeros fue de shock total, con el interno quedando en el piso y siendo rápidamente atendido por compañeros, rivales y los doctores. Pero lo más increíble de la historia, afortunadamente, fue la resolución: el estadounidense terminó solo con una luxación del globo ocular y a las pocas horas ya estaba atendiendo a la prensa, con relativa normalidad.

"Estaba peleando el rebote y sentí el dedo de Nnanna que entraba en mi ojo. Me di cuenta que iba a ser algo malo. Noté que el ojo estaba afuera de la cuenca y ahí fue cuando me asusté", declaró Mitchell.

"Fue doloroso, una sensación extraña, sentir el ojo fuera de la cabeza. Ahora siento como si me hubieran dado una piña. Está magullado, pero no creo que vaya a ser algo serio. Nunca perdí la visión, podía ser viendo y moviéndolo".

A tal punto está recuperado Mitchell, que ya está pensando en los próximos partidos de su equipo. "El equipo me necesita y los chicos me quieren ahí afuera con ellos. Mentalmente voy a estar bien".