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La NBA está plagada de historias de superación, narrativas que invitan a pensar que todo se puede superar y que esas estrellas son lo que son en la actualidad por los obstáculos que debieron sortear en el pasado. Sin embargo, la liga también tiene un costado oscuro. Relatos tristes y trágicos, que recuerdan la cara más aspera de la vida. Entran en aquella consideración caminos como los de Len Bias, Bison Dele y el protagonista de un suceso que conmocionó al deporte en el inicio de este milenio: Robert Traylor.

¿Quién era Traylor? En sus inicios en el básquet, una verdadera promesa. Destacó durante sus años de secundario y participó de la misma edición del McDonald's All-American que Kevin Garnett, Vince Carter y Paul Pierce. Su fortaleza y el impacto que tenía en el juego interior hizo que la Universidad de Michigan lo reclutara. Pero, incluso en esos tiempos, el joven ya tenía problemas con su físico: pesaba 136 kilos, con una altura de 2,06 metros. A pesar de todo, se las arregló para ser el mejor jugador en ese equipo de los Wolverines que se quedó con el título del NIT en 1997. Ganó el MVP, pero tuvo que devolverlo porque su figura quedó involucrada en un escándalo de lavado de dinero que provocó una dura sanción al programa universitario, a su entrenador Ed Davis y a varios jugadores del plantel.

Pese a esto, varias franquicias lo apuntaron como su objetivo en el Draft de 1999. Finalmente, fue Dallas Mavericks quien lo seleccionó en el cuarto puesto. Traylor, quien había sido escogido cuatro posiciones por encima de una futura leyenda como Pierce, fue traspasado a Milwaukee Bucks por otro joven que se convertiría en una estrella: Dirk Nowitzki, el alemán seleccionado con el pick número nueve. A diferencia de ellos, el "Tractor" no brilló en su estadía en la liga. Como le había sucedido en su adolescencia, tuvo que luchar con problemas de peso y con el ritmo que exigía el alto rendimiento.

De los Bucks pasó a Cleveland Cavaliers y de allí a Charlotte Hornets. Luego, a los Cavaliers de nuevo. Su carrera en Estados Unidos terminó cuando, después de haber firmado un contrato con los New Jersey Nets, la institución decidió anularlo porque Traylor no pasó el exámen físico. En 2005, se sometió a una cirugía para reparar su aorta y, un año después, encaró su etapa deportiva en el ámbito internacional. El interno no tenía pensado volver a la NBA. De hecho, no podía: en 2007, fue encontrado culpable de un caso de evasión fiscal y recibió una condena de catorce meses en prisión, que se transformaron en tres años de libertad condicional y una suspensión del torneo estadounidense. En la misma investigación, se descubrió que el jugador tenía relación con ciertas actividades delictivas realizadas por su primo Quasand Lewis, traficante de drogras atado a más de una docena de crímenes.

Entonces, naufragó por varios países del mundo. Jugó en Turquía, Italia, México y Puerto Rico, en donde fue nombrado Mejor Defensor del Año en 2010. Cuando todo parecía mejorar y su nivel se había ajustado a los Vaqueros de Bayamón, ocurrió la tragedia: el 11 de mayo de 2011, fue encontrado muerto en su departamento. Con tan solo 34 años de edad, había sufrido un ataque cardíaco masivo. Así se terminaba la vida de un hombre que siempre estuvo involucrado en conflictos, pero a los que casi todos sus compañeros recuerdan como una gran persona. Un verdadero enigma llamado Robert Traylor.

Leandro Carranza | [email protected]
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