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Los ojos verdes de Tomi brillan a tope e iluminan el Cerutti. Llegó puntual a la cita, con su pelotita de básquet que marcan el trajín, manejando con destreza su silla de ruedas. Como siempre, mamá María de los Ángeles y papá Gonzalo están a su lado. También lo acompaña el abuelo.

Tomi es Tomás Maldonado Tomczyk, el niño que emocionó a todos en la cancha de su colegio, el Santo Tomás, cuando entró a jugar al básquet. Ya se midió ante Talleres y frente a Poeta Lugones, y ahora entró por primera vez al parqué del Cerutti, invitado por Bruno Lábaque, el capitán de Atenas que hizo punta para conocerlo.

"Ya jugué dos partidos. Ahora vengo a jugar otro", dice mientras se le ilumina su sonrisa. Tomi tira y tira al altísimo aro del Poli.

Uno a uno, los jugadores del Verde llegan al entrenamiento y se acercan a saludar a Tomi. Demián Filloy y Lalo Merlo son con quienes primero pega onda. Y siguen llegando los gigantes griegos. Atenas se prepara para jugar este martes con el líder Quimsa, y Tomás, de 6 años, comparte un buen rato con todos los muchachos.

De repente llega Lábaque y pregunta: "¿Quién me desafió a un jugar un partido?". Tomi lo mira, pero no responde. Le gana la timidez, aunque rápido entra en confianza, mientras sigue tratando de embocar en ese aro que cada vez parece que está más alto. Lábaque, el capitán verde, le regaló a Tomi la camiseta de Atenas.

Claro, Tomi está habituado a la altura del aro del Santo. De pronto, Juan Manuel Torres y sus enormes 210 centímetros levantan a Tomi, la distancia con el aro se acorta y con las asistencias de Lábaque y Alexis Elsener, Tomás encesta su primer tiro en el Cerutti, el mítico estadio donde Atenas fue campeón una y otra vez. Juan Manuel Torres agigantó a Tomi y lo acercó al aro.

Tomi le agarra la mano y convierte un tiro tras otro. La timidez le deja paso a la confianza y charla con sus “compañeros” de equipo. Tomás va a primer grado del Santo Tomás y desde salita de cuatro años concurre a jornada extendida para practicar deporte.

"Es fanático. Le gusta mucho, principalmente el básquet", cuenta su mamá. En el patio de su casa ya cuelga un aro y todos los días, cuando vuelve del cole, Tomi agarra su pelota y tira que tira.

La tarde avanza en el Cerutti, Atenas debe seguir con la rutina, pero antes llega una camiseta de Atenas de regalo y autografiada por su capitán. Tomi es fanático del básquet y de San Lorenzo. Ya tiene la casaca del Ciclón con la firma de Julio Bufarini, que su tío Lisardo le mando desde Buenos Aires. Ahora suma una blanca y verde. "¿La vas a llevar al cole mañana?", pregunta papá. "La van a querer todos los chicos", agrega Gonzalo.

Sentado en las gradas del Cerutti, Tomi copia la mecánica del tiro de los “gigantes” que acaba de conocer. Pero se deja ganar por la ansiedad. Quiere volver a su casa. No es que esté aburrido, ni mucho menos. Ya está pensando en los lanzamientos que practicará en el arito. La pasión por la naranja está encendida y es tan fuerte como el brillo de sus ojos verdes.

El niño que emocionó en la cancha del Santo Tomás

Tomás se maneja en una silla de ruedas y le gusta el básquet. Tanto que juega con sus compañeros (que no usan sillas de ruedas) de Mini del Colegio Santo Tomás. Día a Día contó su historia, lo que despertó el interés del plantel de Atenas para regalarle un momento único: jugar con los profesionales en el parqué del Polideportivo Carlos Cerutti.

FUENTE: Marcelo Chaijale / Día a Día.