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Damian Lillard es el MVP de los seeding games de Orlando. No hay casi ninguna duda de eso, luego de la exhibición que dio en los últimos tres partidos, en los que promedió 51.3 puntos, con 48% en tiros de tres, 95% en libres y donde además puso a Portland en el puesto 8 del Oeste, con todo a favor para pasar el play-in ante Memphis y clasificarse a los playoffs. 

Pero lo de Lillard no termina ahí. Aunque hace ya tiempo que se ven en la NBA los tiros lejanos, de 30 pies (9.1 metros) o más (algo también en FIBA, pero mucho menos), lo que está haciendo Lillard en ese segmento es directamente extraterrestre. 

Digamos que fue Steph Curry el primero que impuso que todos empezáramos a ver ese tipo de lanzamientos. Bien. Para tener una idea de lo que hizo Lillard. Curry hizo explotar ese rubro en la temporada 2015/16, anotando un total de 21 tiros de 30 pies o más. 

Volvió a liderar a toda la NBA en la temporada siguiente, aunque anotando varios menos (13). Perdió el primer puesto en la 2017/18 con Spencer Dinwiddie, que sumó 11, y en la 2018/19 el escalón más alto cayó en manos de otro enorme lanzador lejano, Trae Young (25). 

Siéntese, porque el número que ha alcanzado Lillard, en una campaña con un 10% menos de partidos (74 en vez de 82), Damian ha metido ¡¡54 triples de 9 metros o más!! Irracional, inverosímil, absolutamente descomunal. 

¿Pero quiere usted otro dato demoledor de esa clase de tiros de Lillard? Acá va: ¡metió el 41.5% de esos lanzamientos! Tiró 130. Un porcentaje altísimo para un tiro de tres normal. Para entender el número. El resto de los jugadores de la NBA tuvo una media de 22.9%.