NBA 2019/20

Damian Lillard: las leyes no existen

17:30 12/08/2020 | Rompió todo tipo de conceptos hace rato. Desafía límites, destroza esquemas y derriba estrategias. Un análisis de su revolucionario juego.

Lillard anotó 61 puntos anoche (Foto: NBA)

Nadie le creyó a Nicolás Copérnico cuando descubrió que la tierra giraba alrededor del sol. Lo mismo le pasó a Galileo Galilei cuando retomó esos conceptos 100 años después. Tampoco la gente reconoció el talento literario de Franz Kafka mientras vivía ni la inteligencia de Nikola Tesla, que al comienzo del siglo XX inventó las bases de muchas cosas que en la actualidad son cotidianas, como el control remoto y las redes para teléfonos móviles. 

 

Mucho menos a Damian Lillard, quien todavía sigue generando críticos, aún después de haber convertido 61 tantos en la victoria de su equipo ante Dallas Mavericks, con 9/17 en triples, 18/18 en libres y 5/8 en dobles. Anotó el 60.0% de puntos de los Blazers (81 de 134) a un 42.0% de uso y no jugó solo. También otorgó ocho asistencias que produjeron 20 puntos más.  

 

A Juana de Arco la prendieron fuego en la hoguera por herejía y por ser una mujer revolucionaria que nunca aceptó lo que le quisieron imponer, y a la banda Queen le dijeron que no iría a ningún lado, exactamente cinco años antes de conquistar el mundo. Lo mismo el base de Portland, que con su actuación de ayer se ganó un lugar en la historia, tras sumar su tercer partido con 60 puntos (o más) en la 2019-2020, algo que solo Wilt Chamberlain, en dos oportunidades, había alcanzado anteriormente.  

 

Edgar Allan Poe debió esperar hasta la Primera Guerra Mundial antes de ser globalmente conocido por sus textos y Van Gogh recién después de morir fue uno de los pintores más legendarios de la historia. Quizás Lillard no deba fallecer o retirarse para ser reconocido y afortunadamente muchos se están rindiendo a sus pies. Octavo en la lista histórica de jugadores con más partidos de 50 puntos, el armador carga a una ciudad y un plantel bajo su espalda, sin más veneno que una fría sangre en forma de reloj imaginario, que se toca cada vez que deba decidir un encuentro.  

 

76.0% de true shooting y 67.0% en tiros de campo efectivos, en una noche en la que fue colosal. Apenas tres de sus 17 triples fueron asistidos y solo contabilizó tres pérdidas. Además, Lillard agregó un 84.0% de probabilidad de victoria a Portland en el partido de ayer, la mitad de la cual estaba en el clutch (42.0). No intenten esto en casa, por algo él lo hace en horario de protección al menor.  

 

Allan Touring y Steve Jobs sufrieron, más actualmente, en el mundo de la informática y sus ideas nos guían hasta el día de hoy. Tal vez este sea el caso de Lillard, que de manera visceral demostró que los límites tal cual los conocemos no existen. Para sus triples no hay distancia y para su habilidad no hay cielo.  

 

Discúlpeme Cerati, pero el futuro no llegó hasta aquí. Recién está comenzando. Creer o reventar. O mejor… Aceptar. Y, también, disfrutar. 

 

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