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Hace exactamente doce años, la Argentina conseguía uno de los grandes logros en la historia del seleccionado nacional: durante los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, venció a Lituania por 87-75 en el partido por la medalla de bronce y se colgó una nueva presea. De esa manera, los dirigidos por Sergio Hernández volvieron a subirse a un podio luego de lo realizado en Atenas 2004 bajo el mandato de Rubén Magnano.

Manu Ginóbili miró todo el partido desde el banco por una lesión en el tobillo izquierdo, pero fue Carlos Delfino quien se encargó de suplir la ausencia del por ese entonces jugador de los San Antonio Spurs: con 20 puntos, el Lancha fue el máximo anotador de su equipo. Luis Scola y Andrés Nocioni, protagonista de una soberbia actuación, aportaron 16 y 14 unidades respectivamente.

De esa manera los argentinos se vengaron de lo ocurrido en el primer enfrentamiento de la competencia, cuando el conjunto lituano se impuso por 79-75 en el estadio Wukesong de la capital de China. Fue otra página gloriosa de aquella generación que marcó un antes y un después no sólo en la historia del básquet del país, sino del deporte en general.