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Dennis Rodman y la noche en la que pensó se suicidarse

17:04 07/06/2020 | Desde la salida de Chuck Daly de Detroit Pistons el ala pivote entró en un vacío. Lo salvó el sueño. Renació y explotó una nueva faceta.

Rodman en Pistons (Foto: NBA)

La carrera de Rodman continuó bien hasta que en 1992 comenzaron los problemas. El disparador fue la renuncia de Chuck Daly, su mentor en Pistons. Dennis lo admiraba y quería como un padre y tras su partida no quiso saber más nada con el básquet. Desde ese momento comenzó su caída libre. Primero no se presentó al Training Camp y lo multaron con 68.000 dólares Luego ocurrió lo peor: lo encontraron durmiendo con un rifle en su baúl. Pensó en suicidarse.  

Años después el Gusano comentó que cuando tenía el arma en su auto tuvo una epifanía. "Decidí que en vez de matarme iba a asesinar al impostor que había dentro mío", confesó. Desde ese momento otra vez volvió a mejorar, fichó con Spurs y empezó a ser el defensor de siempre. En San Antonio comenzó a dar rienda suelta a su verdadera personalidad. En el partido debut de la temporada, Dennis se tiñó por primera vez el pelo de rubio. En la cancha lo usual, un dominador desde el rebote y la defensa.  

A pesar de todo sus comportamientos oscuros volvieron a aparecer. Salió con Madonna por unos meses, tuvo varías suspensiones por malos tratos con rivales y árbitros y de a poco los dirigentes de la franquicia lo comenzaron a marginar hasta que, tras disputar apenas 49 juegos en la regular en la 1994/95, terminó armando sus propias valijas y dejando a Spurs luego de ser eliminados en playoffs.  

Se fue vía traspaso y saltó de conferencia para llegar a los Chicago Bulls de Jordan, Pippen y Jackson. Todos tenían sus dudas y nadie creía que los de la Ciudad del Viento domarían a Rodman. Además, fuera de la cancha estaba en su mejor momento y era una estrella mediática a la altura de Jordan. Algunos incluso dicen que, en su etapa con Chicago, fue aún más trascendental que Michael fuera el rectángulo de juego. 

La percepción se derrumbó en el primer partido de la temporada 1995/96. Esa campaña los toros ganaron 72 de los 82 partidos de la temporada regular. Dominaron a todos y salieron campeones no sólo en 1996, también en 1997 y en 1998. En Bulls fue la tercera espada, el ladero perfecto de Jordan y Pippen Nuevamente con sangre, sudor y lágrimas.  

A su vez, en Bulls finalmente se convirtió en todo lo que quería ser. Su rutina era jugar, salir, emborracharse y levantarse temprano para entrenar. Nadie sabía cómo lo hacía, pero siempre estaba activo y al 100% Hasta se dio el lujo de vestirse de novia en la presentación de su libro.   

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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