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The Last Dance ya esta aquí. El documental de ESPN y Netflix sobre la última temporada de Michael Jordan en los Chicago Bulls ha sido estrenado y sus dos primeros capítulos han arrojado una gran cantidad de historias y anécdotas no sólo de aquella campaña, sino de los años previos y de la vida privada del escolta. Una de las más resonantes tiene que ver con su llegada la franquicia en 1984 y el presente de aquel equipo, muy diferente al que se vio en la década siguiente.

Durante el primer episodio de la serie, Jordan detalla cómo era la situación que vivía el plantel de los Bulls cuando arribó luego de ser elegido en la tercera posición del Draft de ese año: "Los veteranos hacían cosas que yo no veía. Estábamos en pretemporada, creo que en Peoria. Yo buscaba a mis compañeros en el hotel y empecé a llamar a todas las puertas. Llegué a una habitiación en la que había ruido. Pude escuchar a alguien pidiendo que se callaran, que había alguien afuera. Entonces, escuché una voz que preguntaba: '¿Quién es?'. Yo respondí: 'MJ'. Y dijeron: 'Oh, es sólo el novato. No se preocupen.' Abrieron la puerta y prácticamente todo el equipo estaba ahí, haciendo cosas que yo nunca había visto en mi vida. Tenías rayas de cocaína por un lado, marihuana por el otro, mujeres a un costado... de todo."

El jugador afirmó que decidió irse de ese cuarto porque sabía que, si había una redada, iba a ser tan responsable como ellos. A partir de ese momento, comenzó a manejarse por su cuenta. No iba a clubes nocturnos, no fumaba ni bebía. Entrenaba, dormía y jugaba al básquet. Y así de firme se mantuvo hasta llegar a la cima. La producción audiovisual más esperada de los últimos tiempos ya ha dado sus primeras primicias.