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El Milano se llevó el título de la Copa Italia el pasado fin de semana, superando al Avellino por 82 a 76 en la final. Sin embargo, buena parte de la victoria quedó en segundo plano debido a lo sucedido con Bruno Cerella.

El argentino se operó de una lesión de menisco el sábado y apenas 26 horas después, estaba en la cancha, ayudando a su equipo a coronarse en una exigente definición. A continuación, conocemos algo más de esta historia, con su protagonista principal.

- Bueno, para empezar contanos un poco sobre como se dio la situación de ser operado el sábado y poder jugar el domingo.

- Me lesioné el menisco interior de la rodilla derecha, el viernes a la noche. Y el sábado me hice la resonancia magnética, ya sabiendo lo que tenía, porque el doctor me lo había diagnosticado. Me dijo que al otro día hacíamos la resonancia y operamos inmediatamente. El sábado mientras el equipo estaba jugando la semifinal, yo me estaba operando en el hospital. Mientras me operaba, el doctor me preguntó si tenía ganas de jugar al día siguiente, y pensé que me estaba jodiendo. Nos empezamos a reir, pero después me di cuenta que no era un chiste y me dijo que si al otro día me sentía bien, podía ir a la cancha. Me dice: nos conocemos hace mucho tiempo, acá no hay contraindicación y yo no soy un loco, ni vos sos un idiota. Así que si te sentís bien personalmente, andá, me encantaría que estés en la cancha. Y así fue, el día después ya estaba entrenando ahí con el equipo. Salí del hospital a las siete de la mañana y a las 10 ya estaba entrenando con el equipo, para el partido que era a las 6 de la tarde.

- Por lo que me contás, fue algo que te tomó por sorpresa. Cuando te lesionaste, no pensaste que podías llegar para la final.

. No, en el momento que me rompí, no pensé que podía llegar a jugar. Pero yo estaba de manera positiva, tranquilo y esperando operarme, para ya empezar con la rehabilitación. En el momento que me dijo que podía jugar, ya me mentalicé, para ya ponerme en clima de partido. Así que hasta dentro del hospital empecé a trabajar, haciendo algunas cosas para la pierna, para tenerla bien. Me acosté a dormir el sábado, pensando que a la noche siguiente era la final y que tenía que jugarla.

- ¿En que momento se enteraron todos que podías jugar?

. Fue algo que no estaba programado, así que lo comunicamos una hora antes del partido a todo el mundo. Nada más el entrenador lo supo a la mañana y fue lindo, emocionante, poder volver a la cancha en 26 horas.

- Yendo un poco al momento del equipo, ¿cuánto les pegó la eliminación en primera ronda de la Euroliga?, ¿con este título recuperan un poco de esa confianza?

. Lo de la Euroliga fue duro, fue feo. Pero es difícil amalgamar todo un grupo nuevo de 10 jugadores y un entrenador nuevo también. Pensá que a la vez, los únicos que quedábamos del año pasado, Gentile y yo, también éramos nuevos para todo el personal y la gente que había llegado a trabajar acá. En los grandes equipos, con mucho talento y jugadores con personalidad fuerte, no es siempre fácil amalgamarlos para poder competir a alto nivel. Esto nos puede dar algo de confianza, pero no nos devuelve el no haber superado la primera ronda en la Euroliga. Son cosas distintas, no se pueden comparar, pero esto es una grandísima alegría.

- Si te pregunto qué les faltó para tener un mejor nivel internacional, entonce es eso: ¿acomodar un poco mejor las piezas?

. Sí, nos faltó eso, el trabajo de equipo y más que nada poder encontrar la química justa para poder trabajar todos juntos. Tuvimos muchas lesiones desde el principio, con chicos que volvían de la selección lesionados, otros que se rompieron la mano inmediatamente, tres o cuatro jugadores nuevos que los firmaron en los últimos meses. Nunca es fácil insertar nuevos jugadores en equipos que ya tienen problemas y todo. Pero bueno, así es el deporte y ahora tenemos que pensar en adelante, para crecer como equipo y poder construir un futuro mejor para el año siguiente.

- Bueno ¿y ahora?, ¿cómo están, después de los varios cambios de plantel que han tenido?

. Hoy en día hemos hecho muchos cambios, pero el equipo está creciendo. Lo más importante es que los jugadores puedan encontrar su rol dentro del equipo y que estén conformes con lo que tienen que dar. Hay que entender que somos un grupo de 14 jugadores, en el cual todos pueden jugar y hay que resignar algo personal para lograr resultados de equipo. Acá como bien sabemos, ganamos todos y perdemos todos. Así que por más que yo quiera jugar más o ser más protagonista, lo que realmente cuenta es el resultado final, y es lo que hay que poner por delante de todo en este tipo de equipos.

- Pensando en Italia, se ve una temporada muy dura, incluso con los otros equipos de argentinos (Trento de Forray y Pistoia de Filloy), también prendidos arriba. ¿A qué rivales ves como los favoritos a disputarles a ustedes la lucha por el título?

. Los equipos más duros para la pelea por el título, desde mi punto de vista pueden ser Sassari, por una cuestión de rivalidad y de que siempre están ahí peleando. Son los últimos campeones, aunque no les está yendo muy bien. Pero siempre cuando cuenta, sacan algo de la galera y saben como ganar. Reggio Emilia porque está muy bien como equipo y seguramente teniendo muchos chicos italianos jóvenes interesantes, son un conjunto al que se le puede temer. Y seguramente el otro equipo puede ser Avellino, que es con el que jugamos la final, porque ahora se amalgamó muy bien y están jugando en un alto nivel.

- Es un año olímpico, con Argentina ya clasificada e Italia buscando ese boleto. ¿Pensás un poco en eso o cómo está esa situación?, recordando que vos ya jugaste en el pasado con el seleccionado italiano.

. La verdad que no tengo en mente lo de la selección. Estoy pensando en el ahora y ahora es mi equipo. Estoy tranquilo acá, haciendo mi trabajo cotidiano, que es lo importante. Lo demás llega solo. Yo habiendo tenido experiencia con la selección italiana, no creo que sea factible que pueda jugar, aunque tampoco se descarta. Pero es una situación un poco delicada, y siempre está la posibilidad de que me vuelvan a llamar para la italiana. Así que nada está dicho, nada está confirmado y nada está perdido.