-¿Cuál era tu club de barrio, cómo y por qué llegaste y a qué edad?
. A los 5 años llegué al club Municipal de Córdoba. Fue ese club el que eligió mi madre porque era el más cerca de mi barrio, y estaban mis amigos que hoy en día siguen siéndolo. También era un poco inquieto y mi madre quería que haga una actividad para cansarme, ja ja. Municipal fue el club que me dio la mayoría de las cosas como persona.
¿Cuánto tiempo estabas en el club cada día?
. Iba al club después de comer, tipo 3 de la tarde más o menos. Y me volvía a las 9 de la noche... je je, mucho tiempo. Llegaba un poco más temprano, lo admito, pero me encantaba tirar al aro y jugar ahí.
-¿Qué significaba para tu vieja que vos estuvieras en el club? ¿Alivio o preocupación?
. Alivio, sin lugar a dudas. Para ella, que yo estuviera ahí le daba la tranquilidad que iba a estar feliz y bien acompañado. Ella también iba y se quedaba todo el tiempo ahí con las madres de mis amigos.
-¿Qué te enseñó el club?
. Me enseñó los valores correctos como persona, muchas cosas como jugador también, a dar la mano si perdías contra un buen rival o a ser el más ganador que cada uno podía ser. Todo gracias a mis amigos, pero más aún a mi entrenador, Roberto Dall'Amore. Le debo mucho a él.
-¿Qué actividades hacías más allá del básquet?
. Era un club con muchísimos deportes. Siempre hicimos varios, pero nunca dejando de lado al básquet. Básquet y fútbol, básquet y natación, básquet y volley, básquet y saltos ornamentales, je je. Nunca dejando al básquet.
-¿Había señoritas también? ¿Empezaron allí los primeros contactos con gente del otro sexo?
. Eramos medios tímidos, o yo por lo menos lo era, entonces lo único que queríamos era estar entre amigos y jugando al básquet. Había deportes femeninos: volley, hockey, gimnasia rítmica. Pero se cruzaban poco en nuestro horario, y cuando lo hacían nos quedábamos mirando un rato ja ja.
-¿Te quedaron amigos del club?
. ¡Todos! O la gran mayoría como mínimo. Ese equipo empezó desde mis 5 años hasta los 14 y conseguimos campeonatos ganándole a Instituto (clásico del barrio), Unión Eléctrica y al mismo Atenas. Dábamos la vida por el que teníamos al lado, jugábamos con mucha pasión, somos muy unidos. Lo seguimos siendo.
-¿Qué valores aprendiste ahí?
. De como ser una buen compañero. El respeto. La amistad.
-¿Es reemplazable la vida de club?
. Yo no la cambiaría por nada. Para mí fue irreemplazable. Hasta una cierta edad, obvio. Todo a su debido tiempo. Viví una parte de mi vida en ese club y lo voy a tener siempre en mi memoria.
-¿Volvés de vez en cuando?
. Sí, sí, cada vez que tengo tiempo en Córdoba voy aunque sea a dar una vuelta. A veces se arman lindos picados y cuando puedo juego. Sigue la misma gente de siempre. Y me gusta verlos. ¡Es un cable a tierra!
-¿Te gustaría el día de mañana que tus hijos hagan la misma vida de club que hiciste vos?
. Me encantaría que pudieran sentir la misma alegría que tenía yo al ir al club. La misma felicidad de querer ir todos los días de la semana para estar con mis amigos y una cancha de básquet.