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En el último tiempo, Atenas de Córdoba se caracterizó por darle poca participación a jugadores de la cantera y no solo eso, aún cuando era el único equipo de la provincia jugando en la élite del banco nacional e incluso en las principales categorías, un privilegio que tuvo varios años, tampoco tuvo espacio para otros jovenes oriundos de toda la provincia.

Durante una época la Liga Nacional no estaba hecho para los jóvenes, era para los jugadores Mayores y algunos juveniles muy preparados o destacados, pero apenas un puñado estaban en condiciones de jugar, con lo cual era algo normal verlos sentado en el banco de suplentes y acompañar al equipo de Primera y ser, apenas, un sparring.

En las últimas décadas fueron varios los jugadores que llegaron a la rica cantera del Griego, terminaron de moldearse como jugadores, en algunos casos sumaron minutos en Primera, pero no les dieron más espacio o no les dieron continuidad y decidieron partir a buscar minutos, a buscar cancha, a jugar. Podemos hacer una larga lista, pero vamos a centrarnos en uno de los últimos planteles que tuvo Atenas con buenos jóvenes, de proyección, que hoy son jugadores consagrados en la Liga Nacional pero que debieron irse, por distintos motivos.

Entre las temporadas 2015/16 y 16/17, hicieron su irrupción en el primer equipo Franco Baralle, Mateo Chiarini y Leo Lema. A este tridente se le pueden sumar otros jóvenes que fueron contemporáneos, como Jonathan Basualdo, Agustín Más Delfino, Joaquín Lallana y Juan Cruz Oberto.

Era un núcleo de tres pibes que subieron al primer equipo y revolucionaron la Liga. Luego de una temporada estreno con buenas actuaciones, tuvieron una segunda con mucho más presencia, fueron determinantes para salvar a Atenas del descenso en la 2017/18, una temporada que tuvo a Nicolás Casalánguida como entrenador y varios nombres importantes.

Pero los chicos se fueron, tuvieron que partir para ganarse su lugar en la Liga y consolidarse. Hoy, con 24 años, son jugadores experimentados dentro de la competencia y en el caso de Baralle y Chiarini, ya saben lo que es ser campeones, mientras Atenas, ese equipo que le abrió las puertas para que vayan a hacerse jugador, acaba de perder la categoría.

Para hilar más fino, hay varios jugadores de Córdoba que no tuvieron su oportunidad en Atenas, que durante muchos años fue el único club que tuvo la provincia en el básquet profesional. En este apartado podemos citar los nombres de Juan Pablo y Santiago Vaulet, Javier Saiz, Gastón Whelan, todos productos genuinos de Hindú Club, institución que queda a 20 cuadras del club de barrio General Bustos, pero tuvieron que hacer muchos kilómetros y partir lejos de sus casas para poder llegar a la máxima categoría. 

Otro caso, especial y distinto, es el de Leandro Bolmaro, como el e Facundo Campazzo. Atenas dio el lujo y el privilegio de dejar pasar y ver partir a varios jóvenes por no saber o no querer esperarlos y hoy tener que sufrirlos como rivales. O ya no, porque ellos se quedarán en la Liga Nacional y Atenas ahora jugará la Liga Argentina.