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El nuevo sistema de juego del All Star Game dejó mucho para analizar y, obviamente, gente a favor y en contra. Nosotros daremos nuestro punto de vista, tratando de ser objetivos y sin usar demasiado el diario del lunes. El formato, apenas anunciado, nos pareció mejor de lo que estaba, porque invitaba a una rivalidad entre norteamericanos y extranjeros y entre jóvenes y veteranos. 

Ahora vayamos a los hechos. Draymond Green, comentarista invitado en la transmisión de ESPN, no dudó un segundo cuando le preguntaron de 1 a 10 en cuánto calificaba al torneo: "Cero. Da asco". Bueno, fiel al estilo siempre provocativo de Green, resultó raro que lo hiciera en la transmisión oficial de ESPN, aunque sabido es que Charles Barkley, en TNT, también dueña de los derechos, ha sido muy duro con algunos temas también a veces. 

Lo que nosotros vimos fue, a priori, interesante. Las dos semifinales fueron infinitamente mejores que en los años previos, aunque con muchas cosas para mejorar. Evidentemente, los creadores del sistema o no tuvieron muy buen cálculo o le erraron mal al tema de los tiempos. Hicimos el cálculo exacto de lo que se jugó al básquet. Al comienzo, el show se llevó más de media hora entre presentaciones y demás. El juego 1 tuvo 3 partes que duraron 4m35s, 6m10s y 2m40s. En total, 13m25s de juego. Los cortes duraron 4m20s y 4m50s, 9m10s en total. El problema vendría después. 

Entre el juego 1 y el 2 hubo 26m10s de piripipí. Show de música, muuuuucha participación del cómico Kevin Hart, y demasiado poco juego. En el segundo partido, los tiempos fueron similares: 3m28s, 4m35 y 8m40s de juego (16m43s en total) y 4m15s y 4m40s de corte (8m55s). El partido fue el mejor de los 3, parejo, jugado bastante en serio al final, porque los de Shaq no querían pasar el papelón de perder contra los pibes del Rising Stars. Hubiese sido durísimo.

Entre este partido y la final volvió a haber 27m19s de espacio, rellenado con varias cosas. Lo peor fue que el partido empezó 11-1 en 5m05s y ahí cortó por 18 minutos inexplicables. Es cierto que luego evitaron el segundo corte, pero los jugadores cuando volvieron ni sabían qué partido estaban jugando. El otro problema fue que los extranjeros de Barkley no jugaron con intensidad la final (Jokic estaba en otro planeta, Mitchell tiró todo y no metió nada) y el espectáculo se enfocó hacia Curry, local, que no podía no ser el centro del show. En total neto la final duró 13m55s. 

Conclusión. La idea de competir no es mala, pero es indudable que hay que encontrarle una vuelta a los tiempos, porque de básquet hubo solo 44 minutos entre los 3 partidos. Y más de 2 horas entre shows, entretenimientos (un pibe se ganó los 100.000 dólares más fáciles de su vida tras errar varios triples y ser perdonado por Damian Lillard), y presentaciones. Poco. Si no estaba Curry (LeBron se bajó un par de horas antes del partido por molestias físicas), era un bodrio incalculable. Necesitan dejar en claro que esto es Estados Unidos contra el Resto del Mundo. No mezclados, ni uno. Si no, poco futuro.