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El baloncesto es uno de los deportes, sino el más en los Estados Unidos, en el que más se utiliza el lenguaje basura o trash talking como se le dice. Alardear y ser arrogante es una condición que hay que tener para hacer frente en el básquet callejero y en la película “Los blancos no saben saltar”, había mucho de eso en juego. Wesley Snipes se quedó con uno de los papeles importantes de ese film y según contó el propio actor, lo consiguió a pesar de haber sido un fiasco con sus lanzamientos.

“Cada tiro que tomé fue un ladrillo”, expresó Snipes en una nota relacionada a la película en el 2017.  Ante esa afirmación, el periodista que lo entrevistó ganó en curiosidad a saber porque se quedó con un papel donde ser un buen lanzador era importante para el desarrollo del personaje.

“Tenía grandes pases, gran defensa, buenos movimientos, pero cada tiro que ejecutaba era un ladrillo (risas). Sin embargo, si el tiro no entraba, hablé como si lo hubiera metido. Te hacía creer que tuviste suerte de que ese tiro no haya entrado”, explicó Snipes.

Es solo una cuestión de actitud diría Fito Paéz y el director de la película, Ron Shelton, comentó que la personalidad de Wesley fue lo que cautivó para darle el papel principal. “Wesley no es un gran jugador de baloncesto, pero es un gran atleta y eso era una gran distinción. Cuando se presentó a la audición, tenía más actitud que ninguno. Caminaba por la cancha hablando basura y no importaba si tenía algo del juego. Se presentó con más actitud y menos tiros en suspensión que nadie (risas)”.

Como en la vida en un papel de película, creérsela aunque no seas el mejor siempre te puede dar un punto extra. Wesley Snipes lo supo desde un principio y su personaje Sidney Deane ya forma parte de los históricos en relación a las películas de baloncesto, mucho más de lo que hubiera imaginado mientras tiraba ladrillos en la audición.