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Con apenas 18 años, Ben Saraf se ha convertido en una de las grandes promesas del básquet europeo y un nombre recurrente en las discusiones del próximo draft de la NBA. Actualmente juega para el Ratiopharm Ulm de la Bundesliga alemana y la Eurocup, donde su capacidad para generar juego y anotar lo han puesto en el radar de varias franquicias. Su perfil ha llamado la atención de los analistas estadounidenses, quienes no han dudado en compararlo con Manu Ginóbili por su estilo de juego y su visión en la cancha.

Saraf inició su carrera profesional a los 16 años con Elitzur Netanya en la segunda división de Israel, donde promedió 14 puntos, 3.3 rebotes y 3 asistencias en la temporada 2022-23. Luego, en la campaña siguiente, pasó a Elitzur Kiryat Ata en la primera categoría israelí, donde su rendimiento le valió el premio al Rising Star de la liga tras firmar 10.7 puntos, 3.2 rebotes, 3.7 asistencias y 1 robo por partido. Su salto al básquet del Campeón del Mundo en 2024 con Ulm marcó una apuesta importante, rechazando ofertas universitarias de la NCAA para continuar su desarrollo en el profesionalismo europeo.

Uno de los aspectos más destacados de Saraf es su capacidad para manejar el balón y cambiar ritmos en ofensiva, una cualidad clave en su juego. Su efectividad en el tiro de media distancia y su lectura para asistir lo han consolidado como un creador nato, registrando un 34.1% de asistencias en sus minutos en cancha. Sin embargo, hay interrogantes sobre su volumen de triples y la mecánica de su lanzamiento exterior, además de variantes, como su explosividad y herramientas defensivas, que podrían afectar su impacto inmediato en la NBA.

Según el analista Jonathan Wasserman de Bleacher Report, su combinación de creatividad ofensiva y presión al aro podría convertirlo en una pieza valiosa en un equipo con paciencia para su desarrollo. En su último mock draft, lo ubica en la 12.ª posición, donde los Houston Rockets podrían seleccionarlo con la elección vía Phoenix Suns. Este contexto podría permitirle un tiempo de adaptación, ya sea en la G-League o permaneciendo un año más en Europa para pulir su juego antes de dar el salto definitivo a la NBA.

El caso de Saraf recuerda al de otros talentos internacionales que llegaron a la liga con etiqueta de creadores versátiles, un perfil que se valora cada vez más en la NBA moderna. Su comparación con Ginóbili no es casual: zurdo, escolta con instinto para el pase y una lectura de juego avanzada. Si bien aún debe mejorar su impacto defensivo y su tiro exterior, su inteligencia y madurez lo convierten en una apuesta interesante para equipos en busca de un jugador capaz de generar desequilibrio desde el perímetro.

Pablo Catalá / [email protected] 
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