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Directo al ring: las peleas más picantes en la historia de la Liga Nacional

21:03 05/04/2021 | Una serie inédita. Un capítulo por semana, todos los lunes. Hoy, la noche en la que Regatas de San Nicolás y Ferro ensuciaron la cancha.

Edwards, Beigier, Alexander y Bryant luchan por el rebote antes del escándalo (Foto: Archivo Básquet Plus)

16 de diciembre. 1994. San Nicolás. Un estadio a punto de evaporarse como el agua de una pava y dos equipos listos para ir por la victoria. Desde el primer minuto la agresividad se apodera del juego y en el último cuarto un golpe hace explotar el momento. Marcelo Vildoza realiza la dura falta, José Small la recibe. Era el inicio del fin, el principio del caos.

Aquella lamentable noche se enfrentaban Regatas de San Nicolás ante Ferro en lo que parecía ser un enfrentamiento normal y corriente. Los locales eran los escoltas en la tabla de posiciones de la Liga Nacional y los visitantes merodeaban por la mitad de tabla. Todo podía pasar y justo fueron los verdes los que se mantuvieron al frente durante gran parte del choque. 

Hasta el último cuarta la fricción se sentía en cada falta, pero una infracción causaría el derrumbre. Sucedió cuando faltaban 8:43 minutos para que finalice el partido y Vildoza realizó una falta antideportiva (que en ese entonces se llamaba intencional). Lo grave no solo fue la acción, sino que Marcelo ya había cometido una del mismo tipo anteriormente, contra John Devereaux. 

En cuestión de segundos todo se transformó y la cancha fue una guerra entre griegos y troyanos. La reacción, en contra de todos los pronósticos, no fue de Small, sino del asistente técnico de Ferro, el coach Fernando Juárez. Buscó separar a su jugador, a la vez que le recriminó a Vildoza por la falta y provocó una acción de Horacio Beigier. 

"Juro que fui a separar a Small. Fui por afuera de la cancha, lo que sucedió es que cuando volvía para el banco me crucé con Vildoza y le dije que no fuera pelotudo. ¿Con que necesidad hacía esa falta si iban ganando por veinte? Entonces apareció Beigier, me dijo que no tenía nada que hacer y me pegó el empujón. Después todo fue un desastre", le confesó a Básquet Plus el propio Juárez en una nota realizada el 17 de diciembre de 2015.

Como un desmayo, la situación pasó a mayores y los recuerdos son borrosos. "Lo que pasó en San Nicolás fue algo muy extraño, nos terminaron escrachando a Trent Edwards y a mí, pero no dicen que el asistente de Regatas (Juárez) entró a la cancha y nos puteó a Vildoza y a mi. En ese momento intenté sacarlo, de ninguna manera lo quise agredir, pero hay que tener en cuenta la diferencia física y que él tenía zapatos de suela y como la cancha estaba húmeda se patinó", respondió Beigier.

El efecto mariposa detonó en otros frentes y Claudio Farabello perdió dos dientes en el banco visitante luego de que Trent Edwards lo golpeara con muchísima fuerza. El argentino se había posicionado de un lado con sus compañeros John Alexander, John Devereaux, Teodoro Michalópulos y Horacio Acastello se ubicaban en una facción y el foráneo hizo lo propio con Sergio López, Fabián Sacchi y Marcelo Laigualda.

No solo los jugadores se pelearon (los 24 basquetbolistas fueron expulsados), también la disputa provocó la invasión del público local que, según contaron los protagonistas, lanzaron pilas, cigarrillos, piedras y petardos. Nadie quedaba a salvo, nadie estaba ileso. 

"Nos tiraron con piedras, pilas y nos escupieron. En esa cancha no hay seguridad. Después de lo ocurrido llegamos a pensar en retirar al equipo de la Liga", relató Miguel Biondo de Ferro. ¿Y desde Regatas? "Ya no importa saber que provocó todo esto, los jugadores son profesionales y esto puede perjudicar a dos equipos que tienen chances de ir a la A1. Lo que quiero aclarar es que ningún espectador ingresó con la intención de agredir", confesó Alfredo Eseverri, dirigente del club.

El resultado hasta ese momento era 87-71 a favor de Ferro y luego de muchas especulaciones el tribunal de la AdC decidió que Regatas pierda los puntos y reciba una multa de 1250 dólares, a la vez que Ferro también recibió una quita de los puntos que le perjudicó un montón su puesto en la tabla, debido a que se jugaba un lugar entre los ocho mejores.

El estadio de Regatas, por otro lado, no quedó inhabilitado y los recuerdos de esa noche gris todavía resuenan en el imaginario colectivo de todos los amantes de la Liga Nacional. 

No fue un día cualquiera, jamás lo será.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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