NBA

La pelota siempre al once, que ocurrirá otro milagro

10:16 02/01/2022 | DeMar DeRozan está teniendo una temporada soñada en Chicago y anoche logró lo que nadie hizo, meter un tiro ganador en noches consecutivas

DeMar DeRozan hace historia en la NBA (Foto: Getty)

Era uno de los agentes libres más buscados del mercado, su caudal como jugador mejoró ostensiblemente en su paso por los Spurs y amén de que nunca fue un goleador y nada más, en San Antonio evolucionó mucho su juego integral, con las asistencias como su principal arma. DeMar DeRozan es ese jugador camaleónico que puede hacer lo que pide el equipo en el momento que sea, si tiene que anotar lo hace, si tiene que distribuir lo hace, si tiene que fajarse atrás y tomar rebotes, también lo hace y ahora, en Chicago, su rol de líder mental del equipo también lo muestra.

De la mano de Popovich tuvo sus temporadas más prolíficas en cuestión de asistencias (6.2, 5.9 y 6.9) y parecía que su juego iba a virar para lo organizativo, hasta que precisaron de él otra cosa. Los Bulls necesitaban una compañía sólida para Zach LaVine y hacia DeRozan se movieron, sabiendo que su capacidad anotadora estaba firme y su carácter había mejorado mucho para los momentos claves. Su confesión de sufrir problemas de ansiedad, sentir la presión y que la hayan puesto el mote de un jugador frío, no hizo otra cosa más que mejorarlo.

Sus números en los últimos cuartos de esta fase regular con Chicago son impresionantes. Según datos del sitio Stasmuse.com, DeMar está primero puntos totales (232), segundo en promedio de puntos (7.7), primero en porcentaje de lanzamientos (53.4, contando a jugadores que probaron más de 150 veces en el capítulo final) y con un clamoroso 50% en tiros de tres puntos.

El binomio Zach LaVine-DeMar DeRozan (53.1 puntos promedian entre los dos), es uno de los mejores tres perímetros de la liga y ambos se combinan muy bien para llevar adelante las anotaciones en el juego, aunque el ex Raptors suele tomar la posta con efectividad en el capítulo final. En los dos últimos partidos de Chicago, cerrados ambos, DeRozan se hizo cargo del balón y como si le bajará un mandato divino por vestir esa camiseta roja perteneciente a Micheal Jordan como figura de otra galaxia, Deebo metió dos triples inverosímiles para decretar triunfos en noches consecutivas en la ruta, siendo esto la primera vez en toda la historia de la NBA.

La elegancia y complejidad del tiro a una pierna y con rodilla levantada ante Indiana y anoche, frente a Washington, con un bombazo en la esquina antes dos rivales y sosteniéndose en el aire para evitar la tapa, algo que mucho más marcado una vez hizo su majestad ante Cleveland haciendo pasar de largo a Craig Ehlo.

DeRozan y la confirmación de que nunca más puede llamarse “pecho frío” a alguien que demuestra que está para grandes desafíos, es cierto que le restan los playoffs en el Este y llegar a la final de la NBA sería su obra cumbre. Es una empresa difícil, pero en este DeMar de los milagros, los fans de Chicago volvieron a creer.

Mauro Osores / [email protected]

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