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Vince Carter, es un nombre propio de los fuertes en Toronto, a pesar de nunca haber podido regresar, su apellido fue la explosión del basquetbol NBA en Canadá y tras él vinieron otros ilustres como el de su primo Tracy McGrady y más cerca en el tiempo DeMar DeRozan junto con Kyle Lowry o el espasmo glorioso de Kawhi Leonard con la número dos en el pecho y los trofeos de MVP y campeón de la NBA en la inolvidable 2018/19.

Sin embargo la leyenda contará, que la primera figura con relieve de superestrella para la franquicia fue nada más y nada menos que Damon Stoudamire, la primera elección de Toronto en su expansión NBA 

El base de 1,78 y oriundo de Oregón llegó en el puesto 7 del Draft de 1995, donde por ejemplo el 5 fue un jovencísimo Kevin Garnett y el 4 Rasheed Wallace ambos campeones de la NBA con Boston y Detroit respectivamente.

Hijo de Willie Stoudamire y Liz Washington, Damon tuvo una infancia ligada al baloncesto en su Portland natal, alentado a la práctica deportiva por sus tíos Charles y Anthony Stoudamire. Su padre se fue por trabajo a Wisconsin y su crianza quedó a cargo de su madre y de su abuela paterna Wanda quien falleció de cáncer mientras Damon cursaba el secundario. A modo de homenaje el Súper Ratón se inmortalizó el rostro de su abuela en un tatuaje que llevará para siempre.

En el high school dominó por completo con promedios que alcanzaban los 26.1 puntos por juego y fue dos veces jugador del año en Oregón, vistiendo la camiseta del Wilson High School, equipo al lideró a campeonatos estatales entre 1989 y 1991. El paso a la universidad estaba asegurado, las ofertas aparecieron y Damon contra todo pronóstico se inclinó por ir hacia Arizona para jugar en con los Wildcats, donde llegó a disputar una Final Four Nacional en 1994, además de tener muy buenas producciones bajó el mando  de Lute Olson. En su último año fue seleccionado en el primer equipo All-American y finalista en la elección del mejor Jugador Universitario del año, presagiando un inmediato futuro NBA.

Justamente en el Sky Dome de Toronto donde luego haría de local, Stoudamire fue seleccionado por los Raptors y con ello comenzó la historia del básquetbol NBA en Canadá con Damon como principal bandera. 

El primer año de Stoudamire fue netamente positivo en lo personal, se adaptó rápidamente a Toronto y a la liga, siendo amo y señor en el plantel. Promedió 40.9 minutos de cancha, una bestialidad para el básquet actual, con 19.0 puntos y 9.0 asistencias por encuentro, permitiéndole esto ser galardonado como el novato del año esa temporada. Entre las 21 victorias que tuvo Toronto esa campaña, la más importante es sin dudas la que obtuvo ante el Chicago del récord de 72-10 en el United Center y Damon se despachó con su mejor performance del año alcanzado su máxima en puntos de 30 (6-8 triples) y 11 asistencias.

Isiah Thomas, siendo general manager de los Raptors, apadrinó a Damon y siempre le brindó su apoyo y buscó la forma de crear un equipo alrededor suyo sabiendo que cuando se es un equipo en expansión lejos se está de conseguir los mejores jugadores, sobre todo en disciplina y por eso que apostó por su rookie para que fuera un ejemplo desde el juego y también fuera de la cancha, algo que logró con creces.

“Fue una gran sensación haber recibido el premio al novato del año en manos de Isiah, siempre fui fan de su juego y como GM confío en mí desde el primer momento y sin dudas que fue una de las experiencias más lindas que tuvo como jugador haber compartido esos primeros años con él en Toronto”, expresó Damon en una nota de aquellos tiempos.

Su historia parecía estar encaminada al éxito o al menos a una larga estancia en Canadá, donde aún hoy es venerado. Haber sido el primero que puso un pie en Toronto para jugar al básquet es algo que la gente le reconoce y a pesar de haber finalizado el vínculo abruptamente no perdió ni una migaja de cariño de los fans Raptors. 

Tras otra muy buena campaña en la segunda temporada, esta vez con la llegada del pivote Marcus Camby como número dos del Draft de 1996, para la tercera la relación se resquebrajó y en busca de nuevos desafíos o bien intentar llegar a un equipo con mayores aspiraciones llegó el traspaso a Portland

La vuelta a Oregón, el lugar donde creció y dio sus primeros pasos con el baloncesto, hubiera sido la tierra prometida, sino pasaban cosas. Desde lo deportivo en las primeras campañas con los Blazers no fue tan mal, un equipo algo díscolo con muchos jugadores de carácter fuerte y no tan abocados a la disciplina alcanzó dos finales de Conferencias consecutivas. 

Sin embargo, mientras daba réditos en la cancha, no tanto como en Toronto, las cuestiones extradeportivas fueron poniendo lunares en la carrera de Stoudamire y la compañía de Rasheed Wallace ayudó poco. Muchas recaídas y llamados de atención por fumar marihuana terminaron por colmar la paciencia de la dirigencia de Portland que terminó por descartarlo en un canje a Memphis y a partir de allí la curva descendente de su carrera.

Nada fue lo mismo, los tiempos mozos quedaron bien lejos y muchos más el nivel de Toronto. La vida NBA de Stoudamire duró 13 temporadas con vaivenes en el rendimiento como cualquier otro jugador, pero sin duda que el recuerdo de su paso por Toronto queda en la memoria de los fans de la NBA porque si se habla del Súper Ratón, se habla del número 20 de los Raptors, aquel equipo que tenía un dinosaurio rojo en su camiseta y en donde Damon dominó y encantó a todos por completo.

Mauro Osores / [email protected]
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