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Boston está teniendo un 2022 de ensueño, después de un inicio de temporada a los tumbos. A partir de su defensa, se metieron entre los mejores de la Conferencia Este y llegan en un gran momento a playoffs. Uno de los responsables llegó en el último día de intercambios, y es Derrick White.

El base llegó proveniente de San Antonio, donde inició su carrera en la NBA y fue moldeado por Gregg Popovich. Pero no todo fue color de rosas el camino del bueno de Derrick.

“Hubo un tiempo en que pensé en ir a la escuela como un estudiante regular. No tenía muchas opciones” comentó White en The Wall Street Journal.

Es que, finalizada su etapa secundaria, no recibió ofertas de División I de la NCAA y tenía unas pocas de la División II, que no le ofrecían beca deportiva. Hasta pensó en ir a una Universidad de Artes Culinarias antes que seguir jugando. Igualmegnte decidió seguir jugando y se pagó su lugar en la Universidad, deuda que logró saldar con su primer contrato NBA.

Su baja estatura no le permitió tener grandes ofertas y recibió una de Jeff Culver, entrenador de la Universidad de Colorado Colorado Springs. Sin mucho presupuesto, solo le dieron una beca por 3 mil dólares, por lo que Derrick debió pagar 17 mil. “Tomé un préstamo y todo. Así que fue divertido”.

A pesar de estas dificultades, todo comenzó a cambiar cuando pegó un estirón y se benefició de la lesión de un compañero para llegar a ser titular. Allí se destacó durante tres años y llegó a un techo de 50 puntos en su último partido en la Division II. Tan bueno fue su nivel y tanto había crecido White ue logro un lugar en Division I en la Universidad de Colorado, ya con beca completa.

A partir de ahí, nadie esperaba que los Spurs eligeran su nombre en la posición 29 del Draft 2017. Tad Boyle, su entrenador en Colorado, expresó “Derrick es el único jugador de la NBA que he conocido que tomó su primer cheque de pago y pagó sus préstamos estudiantiles”.

Su inversión dio grandes dividendos, ya que White firmó un contrato de cuatro años por 70 millones de dólares. El trabajo paga y hay que arriesgarse para dar el siguiente paso, y Derrick White puede dar fe de ello.