No nos equivocamos si nos sentamos a a ver este cuarto partido de la final pensando en que era clave. El que vio las previas del juego notó las caras tensas, Dragic testeando al límite, sus lágrimas conmovedoras. LeBron James protestando todo me recordó a mi querido Fernando Martina. La vuelta de Adebayo no al 100%...Lo vimos en la dinámica de la toma de decisiones de todos los jugadores. Se percibía el valor del error y el acierto a cada instante.
Esto es un juego y PASAN COSAS. Se pueden prever cambios estratégicos, posibilidades de uno y otro, pero cuando arranca, si lo planeado no funciona, siempre se vuelve a la idea y a los conceptos básicos que impulsan a un equipo para resolver y en tiempo real competir al máximo.
Los dos equipos tienen algo en común, y es su actitud ante las dificultades. Ante el error, ambos siempre regresan de esos momentos, y creo que las características de los líderes que tienen dentro y fuera del campo han inyectado en cada uno esa moral inquebrantable que hace que esta final no muestre las diferencias que todos anticipaban.
Casi siempre lo mismo, con retoques estratégicos de altísimo nivel. La defensa de Lakers tiene ideas claras desde el primer juego: romper la dinámica de mano a mano y los pases de Miami, no triples y esas fueron las mismas bases ayer, pero con Davis sobre el incontrolable Butler del partido anterior. Altura y velocidad de pies para que no requieran tantas ayudas y frenar el 1 vs 1. Este ajuste tuvo alto impacto, obligó al Heat a sobrevivir el partido desde la línea de tiros libres, porque sus tiradores no salieron de la irregularidad pese a encestar algunos tiros en el último cuarto que dieron esperanza.
Miami dejó la zona en el olvido, propuso cambios permanentes entre buenos defensores, no cambiar para exponer a los débiles con la defensa show y recuperó lo que ya explicamos en el juego 3: doblar el el poste bajo desde el pasador a LeBron, desde el fondo a Davis, combinados con momentos de no doblar cuando había un buen defensor, para no recibir esos triples de pases hacia afuera que tanto daño le hicieron en el juego 1.
Estas propuestas llevaron a los dos a los conceptos básicos de leer y resolver como arma número 1. Aprovechamiento profundo de las características fuertes de cada integrante. Pero no son todos iguales. Están los buenos jugadores, los mejores jugadores y los superhéroes, categoría que en esta serie solo tienen LeBron James y Anthony Davis.
No solo poseen habilidades únicas y un cuerpo imponente, sino que le agregan valentía e inteligencia. LeBron como una hormiga trabaja y resuelve todas las propuestas. De a poco, pero constante, juega con el balón, como cortinador, anota, conduce, defiende…todo. Gran colaboración de KCP con puntos clave , lectura y personalidad de Rondo, la mejoría de kuzma, Caruso con sus intangibles y el gran Anthony Davis baluarte de la gran defensa.
Pensamos que estaría contenido con Adebayo, pero las superestrellas siempre hacen algo heroico y Davis anotó un triple contestado perfectamente por Adebayo para definir la diferencia muy cerca del final, algo que no había logrado durante el juego.
Maimi es como la grasa. No se te sale nunca, insiste y sin jugar bien encuentra caminos poco habituales en ataque. No mete el triple en juego estacionado y solo lo encuentra saliendo de tiempo muerto o salidas de fondo y lado. Adebayo cumplió, fueron irregulares Crowder y Robinson, estuvo bajo Nunn, Olynyk jugó poco y Herro fue más visual que efectivo y eso se paga caro.
Los tiros libres provocados por la agresividad para atacar el cesto son un bálsamo, pero no suficiente. Butler también se destacó, con balón en mano e incluso de cortinador y rol posterior y defendió a LeBron. Por momentos pienso que siempre están a tiro sin meter triples, pero se nota que algo falta y ayer en los momentos clave del final no tenía claro como sí lo tenían los Lakers, por dónde ir. Claro, tiene jugadores de los mejores, pero no superhéroes.