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Argentino de Junín 78 - Gimnasia de Comodoro 67
Nadie duda de la muy loable temporada que está realizando Argentino de Junín, que en más de una ocasión se ha revelado ante la adversidad y ha sacado a relucir una versión de equipo con condimentos únicos: altísima intensidad, una descomunal defensa, una enorme ambición y protagonismos repartidos. Esa misma faceta del Turco se pudo ver este viernes, su mejor cara, para ganarle a Gimnasia de Comodoro por 78-67 en el Fortín de las Morochas.
Este el regreso a la victoria para los de Eduardo Japez, después de sus dos caídas en Santiago del Estero y la anterior derrota ante Instituto en Junín. La clave de los bonaerenses se basó en su juego colectivo y de sacrificio en ambos costados, con Emiliano Basabe, Mateo Bolívar y Chaz Crawford como máximos destacados.
La intensidad se hizo notar desde el primer momento porque ambos equipos estuvieron muy picantes en el ataque. Por eso no sorprendió la rapidez que ambos que tuvieron en la transición defensa-ataque, con Gimnasia apoyándose en ese tándem tan característico como De Los Santos-Schattmann, una marca registrada; así como Argentino también lastimó con varios de sus recursos, desde Zárate, Basabe, Gadson o Crawford. Muchas variantes en ambos, mucho daño en los aros rivales.
A ese paso el goleo iba a ser alto, aunque no demasiado porque resultó ser un 25-22 para el Turco. ¿Por qué no fue más elevado? Primero que nada porque Argentino mostró pasajes excelentes en defensa con Basabe y Crawford, y segundo porque las revoluciones fueron disminuyendo un poco con el paso de los minutos. De cualquier forma, la ejecución ofensiva de Argentino fue fantástica y marcó el camino.
Y esa misma intensidad, corriendo la cancha, tomando tiros a pie firme y defendiendo cada pelota con una ambición tremenda, siguió siendo el termómetro del partido en el segundo cuarto. La mano caliente de Schattmann, que ya no solo agregaba puntos desde el perímetro sino que también ayudó en la creación, sostuvo a Gimnasia por varios minutos aunque los recambios del Turco siguieron obligando a redoblar esfuerzos.
En ese orden hubo un par de ingresos productivos, desde algunas cuotas de Cequeira hasta un afiladísimo Bolívar. Cuando este último se enchufó desde los triples, Argentino rompió un poco más la paridad y una nueva bomba, aunque ahora de Basabe, despegó al local arriba por nueve unidades (49-41) al descanso largo.
Gimnasia venía resistiendo hasta entonces, se podía esperar una reacción pero necesitaba de una dosis extra de intensidad que hasta ese momento había sido toda de Argentino. Y el Turco tuvo algunas desconcentraciones importantes en el tercer capítulo porque generó varias pérdidas, sin embargo siempre remendó esos errores con su voraz defensa y terminó catapultándose una vez más desde los triples. Otra vez, con Bolívar, Basabe, Cangelosi y demás, siguió perforando desde el tiro exterior y se escapó mucho más en el score.
Esas pérdidas que podían haber sido un problema para Argentino se maquillaron a raíz de su entrega, a fuerza de su empuje y de su convicción. Eso le permitió efectividad (10/15 en triples al terminar el tercer periodo), forzar pérdidas en el rival a través de su defensa (12 pérdidas para Gimnasia), un goleo nutrido (7 jugadores con puntos repartidos) y pilares como Basabe, Crawford y Bolívar para generar un quiebre de 67-54 al ingresar al último segmento.
Y el tramo final, independientemente de algún aproximo de Gimnasia y la merma notoria del ritmo impuesto en la primera media hora de juego, no arrojó sorpresas. Argentino confirmó su buena noche, no lo redondeó de forma ideal pero sí lo hizo ganando, que es lo más positivo. Fue 78-67 ante un Gimnasia que no pudo seguirle el paso a esa intensidad del rival y que en los últimos diez tampoco darle grandes sustos.
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